María, este es tu mes y qué mejor mes
para contarte algo sobre nosotros. No importa que lo sepas, yo tengo que
decirlo. La mitad de tus hijos se han vuelto locos por esta vida terrenal; les
da lo mismo que te aparecieras o no, que sufrieras o no y que nacieras para traer
al mundo al Salvador o no…
Si después de todo lo que pasó Contigo,
nada importa ¿Qué podemos hacer?
Imagino que debes estar bastante deprimida,
pero también es verdad que conociéndonos, Tú fuiste la razón de Dios.
No me extraña que la segunda venida de
tu Hijo se acerque y, que nuestras oraciones sean un retraso para éste “viaje” ¡Porque
hay que ver cómo anda el planeta!
En parte, me recuerda a aquella época
donde los cristianos morían y morían mártires para divertimento de miles, en los
foros romanos, en los paredones e Iglesias o disparando estatuas del Sagrado
Corazón de Jesús (23/7/1936). Hoy, se utilizan bombas para que el odio se divierta.
La realidad no es alentadora y el “Con
flores a María” se ha quedado corto. No sé si con flores y andas
portando tu imagen, lo que sí sé es que sin el Rosario no hay nada que hacer.
Rosario, Rosario y pide a tu Hijo que
espere un poco más, ojalá y revierta nuestro tremendo final -buscado a
conciencia-, para que el vaso rebosante de maldad se evapore con tus “Ave
Marías”.
No tendré flores en mis manos, pero sí,
la esperanza de los buenos y con ellos a Ti.
Emma
Díez Lobo
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