Queridos
hermanos:
En estos
días clausuraremos el Año Jubilar que hemos celebrado con motivo del Centenario
de la Consagración de España al Corazón de Jesús, pero esto no significa el
final de nada, todo lo contrario. Comienza ahora una nueva etapa de experiencia
de Dios y de evangelización en el Cerro de los Ángeles en torno al misterio del
Corazón de Cristo.
Queremos
aprovechar tantas gracias que el Señor ha querido derramar este año entre nosotros.
Queremos responder con agradecimiento y entrega a tanta bondad y misericordia
del Corazón de Jesús; no dejar que el amor de Dios se pierda, sino que sirva
para la conversión y salvación de todos los hombres.
Estamos
convencidos que la fecundidad pastoral de toda acción de la Iglesia parte de la
centralidad de Cristo en nuestra vida y de nuestra unión con Él. Por eso,
nuestra primera iniciativa al finalizar el Año Jubilar quiere ser la ADORACIÓN
EUCARÍSTICA DIARIA Y PERMANENTE en la Basílica dedicada al Corazón de Jesús en
el Cerro de los Ángeles.
La
adoración es la respuesta y la expresión de mi dependencia total a Dios centro
de mi vida y de la vida del mundo. Adora el hombre libre que expresa su amor a
Aquel del que todo lo ha recibido y al que todo quiere entregarlo.
Os invito
a todos a uniros a esta adoración reservando para el Señor alguna hora del día,
de la semana, del mes, para hacer turnos de adoración en el Cerro de los
Ángeles. Comenzará esta adoración durante el día, de la mañana a la noche.
A
vosotros, hermanos sacerdotes, os pido que hagáis llegar mi invitación a
vuestros feligreses.
El Señor
nos ha de regalar muchas bendiciones con esta Adoración, al tiempo que dará
fecundidad a nuestra diócesis y a todas las iglesias de España.
Con mi afecto
y bendición.
+ Ginés
García Beltrán,
Obispo de
Getafe
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