lunes, 29 de agosto de 2022

Partiendo la Palabra (Mt 10,37)

 


Dice Jesús: "El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mi" Parece que está apremiando a romper con la familia a quienes desean seguirle. No tiene por qué ser así, pero es cierto que en no pocos casos los padres tienen unas perspectivas que poco dejan que ver con el Evangelio de Jesús. Dios manifiesta las perspectivas que Él tiene sobre nuestra alma, por ejemplo, en este salmo:

"Escucha hija mira, abre tu oído, olvida tu pueblo y la casa de tu padre." (Sl 45,11).

  Es una profecía bellísima sobre los futuros discípulos del Hijo de Dios. Serán hombres y mujeres que sabrán escuchar a Dios, su Palabra, con el corazón; así a través del Evangelio podrán contemplar el resplandor del Rostro de Dios. Un discípulo de Jesús no desprecia a sus padres incluso cuando los pospone respecto a Jesús. 

  Hecha esta opción de fe, Dios habla así a su alma, seguimos con el Salmo: "Dios se cautivará con tu belleza…"  Se cautivará con nuestra belleza porque pondrá sus ojos en nuestra alma y verá en ella reproducida la imagen de su Hijo (Rm 8,29) Entonces proclamará:” Tú eres mi hijo/a amado/a, en ti me complazco (Mt 3,17)  y en un arrebato glorioso tu dirás: ¡Dios mío, Tu eres mi Padre!

  

P. Antonio Pavía

Comunidad Mariana María Madre de los Apóstoles

 

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