miércoles, 24 de agosto de 2022

Partiendo la Palabra (Sl 62,6)

 

 Escuchamos a este fiel israelita: "Solo en DIOS descansa mi alma, ÉL es mi esperanza" (Sl 62,6). 

 Bellísima profecía sobre Jesús. Recordemos lo que dijo al escriba que quería seguirle: “las aves tienen nidos y las zorras. madrigueras mientras que yo no tengo donde reposar la cabeza" (Mt 8,19-20). Le está anunciando que, en un mundo esclavo de la mentira, incluido Israel, Él descansaba en su Padre: estando en El y haciendo su voluntad.

 Recordemos que al gritar antes de morir: "Todo está cumplido" es decir, Misión cumplida, escribe Juan que “inclinando la cabeza entrego el espíritu" (Jn 19,30) El verbo inclinar en realidad significa dejar caer - en este caso la cabeza- como cuando echamos una cabezada en un sillón.

 Nos preguntamos: ¿Cómo podemos nosotros vivir este descanso que reconforta el alma? Tenemos la respuesta en Juan que en la Última Cena recostó su cabeza sobre el pecho de Jesús que, en el interior de su pecho, en su corazón, guardaba las palabras de su Padre (Jn 8,55) He ahí el secreto:  saber descansar en las palabras del Padre guardadas por Jesús es decir en el Evangelio. Si, Jesús escogió a Juan para enseñarnos que el descanso de nuestra alma es el Evangelio.

 

P. Antonio Pavía

 Comunidad María Madre de los Apóstoles.

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