Estaba en la cola de pasajeros cuando vi que un joven me adelantaba sin justificación aparente...
- Oiga, se está colando,
grité
- Lo siento, me llaman y debo ir al mostrador de embarque.
- No es justo, estoy yo
antes y llevo esperando mucho tiempo...
Pero no dejo de escuchar por
alta voz: Pasajeros VIP, por favor acudan
a la puerta de embarque, ¡el vuelo es inminente”!
Parece que tienen prisa por
despegar... Solo lleva una mochila y yo aquí, espera que te espera con un
montón de maletas que vete a saber...
Es la cola del viaje a la
Vida, vas avanzando hasta que te toca, eso sí, con unos dolores, unas angustias
y unas “alas” pochas... Ellos, los adelantados, relucen como águilas con plumas
perfectas.
¡Claro!, son pasajeros VIP (Very important person) y meten sus
nombres en “Valija Diplomática” -no todos los nombres van en Valija custodiada-,
son los recibidos con honores y licencia de Dios.
Si pudiera les preguntaría si
los “ojos” son capaces de soportar esa luz inmensa del Paraíso. Una mística
decía que era espectacular, inenarrable, deseada... Ojalá todos viéramos lo
mismo.
Enviad sosiego a vuestras
familias y pedid presentaros dentro de sus sueños, pues por mucho que les hablemos
de una felicidad que no pueden ver ni imaginar, os necesitan, aunque vuestra
casa sea la de Dios.
Si
viéramos las almas sin rostro cuando les recordamos... Pero es lo que tiene ser
humano y por eso lloramos.
Emma
Díez Lobo
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