domingo, 30 de octubre de 2022

Charla entre dos

 


  Oye ¿Sabes que la puerta del cielo es estrecha?, yo creo que por ahí no entra casi nadie.

- ¡Eso está claro! pero estrecha... lo que pasa es que no hay puerta que aguante nuestro súper tamaño, nos vamos de aquí tal que esferas aerostáticas ¡Menuda acumulación”! No no, así no hay manera de entrar...

- Entonces el purgatorio debe ser la pera, no debe tener ni puerta...

- Es verdad, pero lo peor no es eso, es que he oído que la del infierno es bestial, ancha a tope, más que un agujero negro...  

- ¡Jopé tía, y arrastrará que no veas...! Ya no es que seas una mesa camilla es que te vas rodando desde que “desapareces”, pues... habrá que hacer algo ¡digo yo! 

- Creo que hay unas “dietas geniales” solo tenemos que tomarlas en serio y empezar.

- Va a ser que sí. Se me ocurre que hoy depositemos “nuestras gorduras”, en Alguien que me han dicho absorbe todo, y si Le escuchamos y hacemos lo que nos pide... Tema resuelto, ya verás cómo aflacamos.  

- No hay otra, o adelgazamos aquí o lo vamos a tener fatal pero fatal; además la “descarga” es gratis.   

Y las dos muchachas marcharon a buscar a ese Alguien que les diría cómo agradar a Dios para entrar por la Puerta del cielo, por cierto, tan amplia como el universo para quien desee pasar por ella según el Evangelio Católico (Nihil obstat imprimatur) ¡NO OTRO!: Apoc.22, 8-21.

   Emma Díez Lobo    

 

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