miércoles, 19 de octubre de 2022

Partiendo la Palabra (Sl 16)

 

Empieza así este salmo: " Protégeme Dios mío porque tú eres mi refugio, mi único bien..." A lo largo del Salmo vemos que este fiel israelita ha llegado a intimar con Dios que es el lote de su heredad.

 Lo explico. Al llegar Israel a la Tierra Prometida, la dividieron en 11 lotes para las distintas tribus dejando aparte la de Levi que por estar al servicio de Dios y por El, al pueblo recibirá el diezmo de las demás tribus. Este salmista, sin duda un levita, se considera privilegiado porque le ha tocado a Dios como lote de su heredad.

 Los miembros de las otras tribus producen en sus lotes frutos y bienes de toda especie, los hijos de Levis les ofrecen el culto a Dios y su Palabra rebosante de Sabiduría, alimento para sus almas.

 Hay un paralelo bellísimo entre este salmo y el siguiente texto del libro de los Proverbios: "La Sabiduría se ha construido una casa...ha preparado un gran banquete. Venid y comed de mi pan, bebed de mi vino..." (Sb 9,1...)

 Los discípulos de Jesús tenemos la misión, cada cual, según su carisma, de ofrecer a los hijos de este mundo - siempre insatisfechos alcancen lo que alcancen - el Pan Vivo y el Vino Nuevo que brotan del Santo Evangelio de Jesús: La Palabra y la Eucaristía…"porque Dios es Dios de vivos no de muertos."(Mc 12,27).

 

 P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario