Comienza Juan su
Evangelio diciéndonos qué en la Palabra estaba la Vida; Luz de los hombres que
brilla en las tinieblas venciéndolas. Por eso Jesús dice que sus discípulos
somos la luz del mundo (Mt 5,14). Efectivamente somos la luz que vence al mundo;
a Satanás que engañó a Adán y Eva asegurándoles que serían como dioses (Gen 3,5) …y nos convirtió en esclavos, en perritos suyos. Dios que es amor abolió está
esclavitud y nos convierte en hijos suyos. 9,9-12)
Nos envió a su
Hijo para que con su Fuerza y su Luz sometiésemos al "padre de la mentira"
(Jn 8,44) Irradiamos la Luz de nuestro Buen Pastor al mundo en la misma
dimensión que la irradiaron los Apóstoles, por medio de la Palabra: "Lo
que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con
nuestros ojos, lo que hemos contemplado y palpado con nuestras manos acerca de
la Palabra de la Vida, porque la Vida se nos manifestó... os lo anunciamos ...
(I Jn 1...)
Desde entonces
sus sucesores en el Discipulado, hoy día nosotros, vemos, oímos, palpamos, con
los sentidos del alma, como dice San Agustín, la Vida que se manifiesta, se
hace visible en la Palabra y la anunciamos. Nada hay mayor y más sublime en el
mundo que esto.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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