lunes, 3 de octubre de 2022

Partiendo la Palabra (Ez 37,13-14)

 


 El profeta Ezequiel anuncia el retorno del pueblo elegido, cautivo en Babilonia, a su tierra.  Les dice que Dios abrirá sus tumbas - su muerte interior- infundiendo su espíritu en ellos. Ante su escepticismo, sella la promesa con esta garantía: "Yo lo digo y lo hago" Así hay que acoger el Evangelio de Jesús. Sus palabras son vivas y eficaces porque al apretarlas contra nuestro corazón, El las "hace Vida" dentro de nosotros.

 Fijémonos en María. Oyó el Anuncio del Ángel cómo tú oyes el Evangelio. En un primer momento queda perpleja, entonces el Ángel le dice que será madre de Jesús por obra y gracia del Espíritu Santo. Nos recuerda la promesa de Dios a Israel:  "Yo lo digo y lo hago" Con esta garantía del mismo Dios, María responde al Ángel “Si Dios va a hacer en mi lo que me has anunciado, ¡Hágase en mí!

 Hay una analogía preciosa entre María y los que deseamos ser discípulos de Jesús. Al escuchar su Evangelio también quedamos perplejos, pero le decimos: ¡Señor, haz en mi lo que me dices!

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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