sábado, 8 de octubre de 2022

Partiendo la Palabra Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario

 


Veamos uno de los muchos puntos catequéticos que nos ofrece este Evangelio.

 Diez leprosos ven a lo lejos a Jesús y le piden que les cure. Le suplican desde lejos, porque la ley obligaba a los leprosos a marcar una distancia con los demás y esto tiene un gran matiz catequético simboliza la distancia abismal entre la impureza del hombre y la Santidad de Dios. Solo Él podía abolir está distancia y lo hizo con su Encarnación: Jesús hecho hombre se acercó a nosotros y tomó sobre sí nuestra impureza, que en la Biblia es sinónimo de lepra. Isaías profetizó que el Mesías llevaría en su carne nuestras heridas, nuestra lepra y nos curaría. (Is 53, 4-5) 

 Es la curación exterior, signo del resplandor de nuestra alma. Así, nos dice Pablo, Jesús nos presenta ante el Padre, "Santos e Inmaculados." (Ef 1,4).

 Este Evangelio nos insta a perder nuestros miedos a causa de nuestros pecados por enormes que sean. Recordemos estas palabras de Jesús: 

 "Al que venga a mí no le echaré fuera" (Jn 6,37)


 P. Antonio Pavia

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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