Veamos uno de los
muchos puntos catequéticos que nos ofrece este Evangelio.
Diez leprosos ven
a lo lejos a Jesús y le piden que les cure. Le suplican desde lejos, porque la
ley obligaba a los leprosos a marcar una distancia con los demás y esto tiene
un gran matiz catequético simboliza la distancia abismal entre la impureza del hombre
y la Santidad de Dios. Solo Él podía abolir está distancia y lo hizo con su
Encarnación: Jesús hecho hombre se acercó a nosotros y tomó sobre sí nuestra
impureza, que en la Biblia es sinónimo de lepra. Isaías profetizó que el Mesías
llevaría en su carne nuestras heridas, nuestra lepra y nos curaría. (Is
53, 4-5)
Es la curación
exterior, signo del resplandor de nuestra alma. Así, nos dice Pablo, Jesús nos
presenta ante el Padre, "Santos e Inmaculados." (Ef 1,4).
Este Evangelio
nos insta a perder nuestros miedos a causa de nuestros pecados por enormes que
sean. Recordemos estas palabras de Jesús:
"Al que
venga a mí no le echaré fuera" (Jn 6,37)
P. Antonio Pavia
comunidadmariamadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario