Cuando Jesús llegó a la casa de
Marta y María, por la muerte de su hermano Lázaro, Marta le dijo: ¡Si hubieses
estado aquí no hubiese muerto...! Jesús la dice: " Yo soy la
resurrección y la vida. ¿Crees esto?" Marta le responde que sí y que
cree que puede devolver la vida a su hermano.
Sin embargo, cuando Jesús está frente a la
tumba de Lázaro la fe de esta mujer, se tambalea. Ya han pasado cuatro días
desde su muerte y el olor por la descomposición del cuerpo es notorio. En aquel
tiempo, sin los avances médicos de hoy, la declaración oficial de una
defunción se hacía a partir del tercer día de su aparente muerte, ya que
entonces empezaba la descomposición del cadáver; por eso dice Marta a Jesús:
" Ya huele mal, estamos en el cuarto día " .
Jesús la responde: ¿No te he dicho
que si crees verás la Gloria de Dios? A
continuación, resucitó a Lázaro. Las dudas de Marta revelan lo que se llama el
combate espiritual de la fe.
Cuando
permanecemos firmes en la fe, también cuando dudamos o nos sentimos en
tinieblas, veremos, cómo Marta y María, la Gloria de Dios, es decir lo que
puede hacer y hace por nosotros. Por ejemplo, cuando acogemos las Palabras de
Vida del Evangelio y habitan en nuestra alma, ella, como dice el Salmo 131,
está como un niño destetado en el regazo de su madre... en el regazo de
Dios.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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