Ya vimos que Dios, por medio de Isaías dijo que, aunque nuestros pecados fuesen rojos como escarlata, blanquearían como la nieve; promesa que se ha cumplido gracias a su Hijo que cargó con nuestros pecados (Is 53,5-6). Como signo de que Jesús cargó con nuestros pecados recordemos que, en su Pasión, los soldados al coronarle de espinas se burlaron de Él : le desnudaron y le vistieron un manto rojo escarlata (Mt 27,27-31) A cambio del manto rojo escarlata de nuestros pecados, Jesús nos ofrece vestiduras blancas lavadas con su Sangre como leemos en el Apocalipsis y que simbolizan la Inocencia y Victoria. (Ap 7,9-14),
P. Antonio Pavia
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