¿Quién soy yo para ti, Señor?
Pregunta Jesús a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que soy yo?... Pedro
responde: ¡Tú eres el Cristo, él Hijo de Dios vivo! He ahí la Belleza y
Grandeza insondable de nuestra Fe. Dios, es Amor (1 Jn 4,16).
El salmista sabe que Dios es Amor, por lo mucho que hace por él (Sl 57, 2-3).
No hay mayor desprecio a la propia vida que confiar la en las manos de dioses
muertos como son: las riquezas, la fama, el poder...etc. No es que estas
realidades sean nefastas en sí, pero si te engalanas con ellas, el resplandor
que un día te sedujo se va apagando. Son dioses que no pueden hacer nada por
ti, porque su inanidad les hace impotentes, como confiesa el Salmista: "Los
ídolos de las naciones son apariencia: Tienen boca y no hablan, ojos y no ven,
oídos y no oyen..." (Sl 135,15-17...) Poner nuestra vida en ellos es
hipotecarla en manos de quienes no son nada ni nadie. Busquemos al Dios Vivo, y
revirtiendo la pregunta de Jesús, digámosle: Señor... ¿Quién soy yo para ti ?:
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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