miércoles, 25 de junio de 2025

Partiendo la Palabra En ti se refugia mi alma, Señor. (X)

 




Veamos la relación de Jesús con sus discípulos a la luz del Apóstol San Pedro. Gracias sobre todo a él, hemos podido saber que la fuerza de todos los Discípulos de Jesús fue fruto de las Gracias de su resurrección y no de un fanatismo sectario.

Nos servimos del Salmo 91 que contiene una bellísima profecía-promesa acerca de la Fuerza que tuvo Jesús para vencer al mundo. (Jn 16,33 ). En este Salmo, encontramos la clave de la victoria de Jesús y también la nuestra sobre el mal que nos rodea. Como profetiza el Salmista en ese Salmo, Jesús no devolvió mal por mal, no por cobardía, sino porque dejó que fuese su Padre quien le hiciese justicia.

Leamos parte de este Salmo: "Verás la paga de los malvados, porque hiciste del Señor tu defensa" (Sl 91,9). He ahí la razón inapelable de nuestra victoria. Ante el odio del mundo (Jn 15,18...) le encomendamos a Dios nuestra causa.

El profeta Jeremías da fe de esta ayuda divina y nos lo hace saber: "Él Señor está conmigo, como fuerte guerrero...a ti mi Dios, he encomendado mi causa" (Jr 20,11-12).

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariammadreapostoles.com

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