miércoles, 29 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra (Sl 45) XVI "Mis Palabras son Espíritu y Vida " (Jn 6,63 b)

 


 Jesús cumple su misión de salvar el mundo, ceñido, ajustado a las Palabras que el Padre le susurraba al oído (Jn 12,49-50).

Recordemos a este respecto la experiencia de Pedro. Recordemos que dijo a Jesús en la Última Cena: "Daré mi vida por ti” " (Jn 13,37). No pudo darla, no la logró por su debilidad.

 Jesús resucita y vemos a ambos sentados a la orilla del mar. Allí, Jesús le garantiza la Gracia- Fuerza para apacentar sus ovejas. Ya se las puede encomendar (Jn 21, 15...).

 A continuación, le dice: "Cuando eras joven, tú mismo ceñías e ibas donde querías; es decir: quisiste serme fiel y no pudiste. Ahora con la Gracia y la Fuerza que te doy, ya puedes. Vencerás al Tentador como yo le vencí en el Huerto de los Olivos (Mt 26,38...).

 Pedro ceñido, ajustado al Evangelio de Jesús tuvo sus miedos, tentaciones y también caídas...pero terminó venciendo… revestido de Jesús, su Señor venció al mundo. Recordemos la exhortación de Pablo: "Revestíos del Señor Jesucristo" (Rm 13,14).

 

P. Antonio Pavía 

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lunes, 27 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra Sl 45 (XV) "Mis Palabras son Espíritu y Vida" (Jn 6,63b).

 


 Vimos la enorme riqueza que tiene el verbo ceñir en la Escritura; veamos ahora su aplicación en Jesús, pues es una profecía sobre Él, en su combate contra el mundo. Combate que venció, como Él mismo nos lo hizo saber (Jn 16,33).

Si, Jesús venció al mundo y puso en nuestras manos el arma divina, que desarma y deshace las artimañas, mentiras y falsas promesas, con las que su príncipe, Satanás (Jn 14,30) pretende seducirnos, como sedujo a Adán y Eva. El arma de nuestra victoria es, el Santo Evangelio de Jesús. Alguien podría decir: Si el Evangelio es nuestra arma victoriosa contra Satanás y sus seducciones.

¿Qué valor tienen los Sacramentos? La respuesta es clara. Los Sacramentos: Bautismo, Confesión, Eucaristía...etc., no han sido "inventados" por los hombres. Los encontramos en el Evangelio, por eso, lo mismo que el Evangelio es nuestra Fuerza de Dios para la Salvación como dice San Pablo (Rm 1,16) también los Sacramentos que del Evangelio manan, son Fuerza de Dios para nuestra Salvación.

 

P. Antonio Pavía 

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sábado, 25 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra (Lc 18,9-14) Dm XXX T.O. La soberbia encadena el perdón de Dios.

 

 

 Un fariseo y un publicano van al Templo a orar. El fariseo, "lee la cartilla" a Dios diciéndole lo bueno e intachable que es, como Pablo antes de su conversión (Flp 3,6). De la cloaca de su boca solo salió..."Vanidad de vanidades" (Qo 1,2). Así rezó a Dios: Rezo, ayuno, doy limosna...y remató su estupidez, despreciando al publicano que estaba detrás suya, diciendo despectivamente: ¡No soy como él! 

Jesús podría haber dicho: ¡Ojalá fueras como él! Y es que, el publicano golpeándose el pecho, apenas decía: Señor, ten piedad de mí que soy pecador.  ¡Que grande fue este hombre a los ojos de Dios; tanto que hasta le robó el corazón!

 No os asustéis; el publicano inició su oración, igual que la inició David después de su adulterio y asesinato: "Ten piedad de mí Señor por tu inmenso amor...limpia mis pecados... (Sl 51,3-4) Dios dijo respecto a David: " He encontrado en David a un hombre según mi corazón..." (Hc 13,22) Lo dijo porque a pesar de sus caídas, sabía que se iba a dejar limpiar y reconstruir por Él. El publicano salió del Templo, justificado; es decir: "ajustado a Dios".

 ¿Aprenderemos a permitir a Dios, que trabaje en nosotros con sus Palabras de Vida?

 

P. Antonio Pavía 

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miércoles, 22 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra Sl 45 (XIV9 Mis Palabras son Espíritu y Vida (Jn 6,63b)

 


  Analizamos catequéticamente las palabras con las que terminamos el texto anterior: "Cíñete la espada noble, guerrero..." El verbo ceñir hace referencia a la vestimenta y armadura de los soldados al combatir. Significa también ajustar. A esto añadimos que la espada, más allá de ser un arma, simboliza en la espiritualidad bíblica, la Palabra. Nuestra mente vuela hacia Jesús, Palabra del Padre, quien como nos dijo a todos, venció al mundo (Jn 16,33).

 Una victoria al mundo que implica el sometimiento de su príncipe, Satanás, como señala el propio Jesús (Jn 14,30-31) Hablamos de un combate crucial. De una parte, Satanás que pretende someternos a su tiranía y de la otra, Jesús que con su Palabra nos hace hijos de Dios  (Jn 1,12-13).

 Respecto a la identificación de la espada con la Palabra de Dios, oímos parte de la maravillosa Catequesis sobre el combate espiritual, que nos ofrece San Pablo …"

 Tomad también el yelmo de la salvación y la espada del espíritu, que es la Palabra de Dios (Ef 6,14-17) . 


P. Antonio Pavía 

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lunes, 20 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra Sl 45 XIII "Mis Palabras son Espíritu y Vida" (Jn 6,63b)

 

 

 Hemos hablado ampliamente de Aquel que es el   más bello de los hombres, Aquel que de sus labios brota la Gracia, la Palabra.

El Salmista, inspirado por Dios, nos dice que este hombre está listo para un combate. Es una profecía sobre la Encarnación del Hijo de Dios, que mantendrá el combate de la Verdad, contra el engaño, contra Satanás, llamado por Jesús, el padre de la mentira (Jn 8,44). Un combate contra el Embaucador que busca degradarnos    hasta el escarnio más profundo haciéndonos creer que no tenemos alma, y si no tenemos alma, no somos más que un conglomerado de huesos, músculos, tendones...etc., regados por sangre.

Un engaño así, tan destructivo, provoca la compasión de Dios, de ahí la profecía alegórica que nos presenta al Mesías en estos y parecidos términos: "Cíñete noble guerrero, cabalga victorioso por la verdad y la justicia..." 

 

P. Antonio Pavía

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viernes, 17 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra Domingo Mundial de las Misiones.

 


 Hoy celebramos la misión confiada por Jesús, el Hijo de Dios de anunciar el Evangelio, sus Palabras de Vida Eterna, a todos los hombres del mundo. Hay quienes plantean si este anuncio universal no está desfasado, ya que todas las religiones tienen huellas de Dios como leemos en Jn 1,9. Es cierto que los caminos de Dios son muchos, pero no podemos privar a nadie de las Palabras de Vida Eterna proclamadas por Jesús en el Evangelio (Jn 6,67-68...).

Palabras que tienen la Fuerza de Dios y que hacen de nosotros hombres nuevos como dice San Pablo (2 Co 5,17).

 Palabras de Vida que nos rescatan de tantas taras que nos oprimen.

 Palabras que crean el Discipulado. A todos alcanza este rescate de Dios.  Innumerables y más que innumerables son los rescatados a lo largo y ancho del mundo. 

 Conocemos a algunos de ellos, empezando por los Apóstoles, a los que siguen una lista interminable de hombres y mujeres que al escuchar el Evangelio depositaron en sus Palabras toda su esperanza. Esta liberación universal de toda atadura, es lo que celebramos este Domingo.

 

P. Antonio Pavía 

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miércoles, 15 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra Sl 45 (XII) "Mis palabras son espíritu y vida " (Jn 6,63b)

 

 "En tus labios se derrama la gracia" dijo el salmista, viendo a lo lejos, con los ojos del corazón, como diría San Pablo (Ef 1,16-18) al Mesías.

Decir que Jesús y también sus Discípulos de todos los tiempos, ofrecerían al mundo, Palabras de Gracia, lleva consigo la promesa de que encendería en quienes acogieran su Evangelio, el Fuego de Dios. Tengamos en cuenta, por ejemplo, que Dios confío a Moisés la misión de liberar, en su Nombre, a Israel, esclavo en Egipto, desde una zarza ardiente. ( Ex 3,1...).

 Por otra parte, los dos discípulos de Emaús desanimados e incrédulos acerca de la resurrección de Jesús, fueron recuperados por Él, cuando abandonaron la Comunidad de Jerusalén. Salió a su encuentro y les " partió la Palabra " a lo largo de su caminar (Lc 24,25-27).

 Al desaparecer de su vista después de cenar juntos, los dos discípulos, recuperados por su Buen Pastor, se dijeron unos al otro: ¿No ardía nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos interpretaba –partía-, las Escrituras? (Lc 24,32).

 

P. Antonio Pavía 

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lunes, 13 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra Sl 45 (XI) (Jn 6,63b) "Mis Palabras son Espíritu y Vida"

 


 Miramos a Aquel, en cuyos labios se derrama la Gracia, a Jesús, Palabra del Padre, como le llamaban los primeros cristianos, y también la Gracia del Padre. Juan en su Evangelio dice que Él es la Plenitud de la gracia y la verdad (Jn1,14b).

 Lleno de Gracia y de Verdad, apunta al Resplandor de Dios, que nos santifica.  Sin embargo, el veneno de la mentira de Satanás deforma nuestros corazones.

Recordemos la primera predicación de Jesús en la sinagoga de Nazaret. Los "feligreses" admitieron que las palabras dichas por Jesús, estaban "llenas de gracia"(Lc 4,22). Sin embargo, inmediatamente se echaron atrás, pues al no tener que esperar ya al Mesías, ya no tenían excusa para no convertirse; había llegado el tiempo de recibir gracias al Evangelio, un corazón nuevo, como se había profetizado (Ez 36,25-27). Vieron inasumible eso del cambio del corazón. Lo de los rezos lo asumían, lo del cambio del corazón no, porque en su interior sabían que un corazón nuevo, supondría un cambio en su relación con Dios; tendrían que desechar las tibiezas y mediocridades a las que estaban abrazados... De ahí su rechazo a Jesús, que aumentó más y más hasta que fue Crucificado.

Rezar y rezar está muy bien...siempre que lo hagamos para tener la Sabiduría que emana del Evangelio. Sabiduría y Fuerza que dando un vuelco a nuestro corazón nos posibilitan llegar a ser Discípulos de Jesús. Si, para esto murió y resucitó Jesús, para darnos el Evangelio que cambia nuestra forma de ser y.…¡¡¡ Nuestra forma de rezar!!!! (Jn 3,23-24).

 

P. Antonio Pavía 

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sábado, 11 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra Dm. XXVIII (Lc 17,11-19) Jesús, limpia mi corazón

 



 Diez leprosos van al encuentro de Jesús suplicándole que les cure. Jesús les dice que vayan a los sacerdotes, como indica la ley (Lev. 14,1...) Se ponen en camino y de pronto se ven curados. Uno de los diez se volvió donde Él y le adoró, reconociéndole como el Hijo de Dios. Dijo entonces Jesús: Solo tú has vuelto ¿Y los otros nueve? Y añadió: Tú fe te ha salvado.

La Catequesis de este Evangelio es muy fuerte.

 De nada sirve curarse la lepra exterior -las apariencias- si persiste la interior, la del alma. La mirada de Dios traspasa las apariencias; alcanzan el corazón. A los nueve que se vieron curados por fuera ya les pareció suficiente, son aquellos a los que Jesús llama necios, en el Evangelio. Necios porque no les importa el antro de maldad: mentiras, envidias, avaricia, vanidades...etc. que pululan en su corazón como dice Jesús (Mc 7,20-23). El que volvió donde Jesús, nos recuerda a aquel 10 por ciento de israelitas que permanecieron fieles a Dios mientras que el otro 90 por cien que en Babilonia se adaptaron a los ídolos. 

Dios llamó, a ese 10 por ciento "mis pobres” Los Anawin, y su Hijo les dio el Nombre de "Pobres de espíritu" (Mt 5,3) Estos son inmensamente Amados por Dios porque viven a contracorriente del mundo, Amadísimos por Él, porque escogieron para su alma, a Jesús y su Santo Evangelio...que son inseparables.

 

P. Antonio Pavía 

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miércoles, 8 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra Sl 45 (X) "Mis Palabras son Espíritu y Vida" (Jn 6,63 b)

 



 

 Hoy nos fijamos en María de Nazaret; en el título con el que la saludó el Ángel Gabriel, que la hacía acreedora de su Misión: Madre del Hijo de Dios. Título Celeste que desgraciadamente, pasa algo desapercibido: Llena de Gracia, el Señor está contigo.

Con este Título, el Ángel estaba profetizando, el sello de identidad de todos los Discípulos de Jesús a lo largo de la Historia. Un Discípulo de Jesús acoge confiadamente las Palabras del Evangelio porque sabe que son semillas de Vida y Espíritu, salidas del corazón de Dios hacia su Hijo (Jn 12,49-50) Es por ello que San Pablo, en su conjunto, las llama: ¡El Evangelio de la Gracia! (Hch 20,24).

 El que acoge el Evangelio de Jesús en sus entrañas, emprende   un camino glorioso con Él, su Buen Pastor, hacia el Padre. (Jn 1O, 1...).

 Al cumplir con Jesús, "Palabra a Palabra", la voluntad del Padre, se hace acreedor " salvando las distancias” del mismo título que María recibió del Ángel: Lleno de Gracia, El Señor está contigo".

 Esta es la Gloria Inmortal que Jesús reserva para sus Discípulos: ¡¡ Llenos de Gracia, llenos de Dios!! Este es nuestro Tesoro Incorruptible...los Buscadores de Dios lo reciben de Él.

 

P. Antonio Pavía 

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lunes, 6 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra Sl 45 (IX) "Mis Palabras son Espíritu y Vida" (Jn 6,63b)



 Tú Gracia vale más que la vida, exclamó, como pudimos ver en el texto anterior, el rey David.

Acercamos esta exultación, al signo de identidad propuesto por Jesús a quienes desean seguirle como discípulos suyos. "Quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.  (Mc 8,35b.).

 Fijémonos bien; los discípulos de Jesús, no son, o no somos, personas con querencia a una ascesis tan inhumana como peligrosa. Le seguimos porque por nuestra vinculación al Evangelio, nos da su Sabiduría y su Fuerza para descubrir que estar, en nuestro paso por el mundo, con Él, es el Tesoro de todos los tesoros, ¡¡¡y en cuanto tal... ¡Irrenunciable!

 Hicimos opción por el Tesoro Eterno frente a tesoros corruptibles (Lc 12,3-34). Hemos abierto los brazos de nuestra alma a... Amar a Dios y ser Amados por Él, como proclamaban gozosos los primeros cristianos. 

Cuando a veces nos hemos entregado a tesoros corruptibles, la misma sensatez del alma nos daba señales de alerta como diciéndonos: ¿No te cansas de engañarte a ti mismo?

 Seguir a Jesús no significa renunciar sino saber escoger.

 

P. Antonio Pavía 

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viernes, 3 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra (Lc 17,5-10) Dom XXVII T.O. "Para ti son mis frutos, Señor "

 


 Nos resulta incómodo que Jesús diga hoy a sus discípulos, después de haber hecho lo que tenían que hacer, que son   siervos inútiles. Jesús sabe muy bien lo que dice, pues desea preservarnos de la vanidad de nuestras obras. Vanidad propia del fariseísmo; lepra que pudre el alma. Los fariseos de todos los tiempos, creen que hacen y hacen por Dios; sin embargo, buscan con ello su propia gloria, no la de Dios. (Mt 4,8).

  Jesús nos está avisando de que hay que tener un corazón tan retorcido como necio, como para hipotecar nuestra vida, con sus obras, por aspirar a una gloria que cabe en nuestras manos y que el tiempo diluye como un azucarillo en un vaso de agua (Mt 23,1-7).

 Tengamos también en cuenta la de veces que Jesús bendice las obras de sus verdaderos discípulos, por ejemplo, en (Lc 12,36-38).  Los que crecen  día a día como Discípulos de Jesús, es porque han dejado que Él escribiese   en sus corazones su Evangelio, como profetizó Jeremías (Jr 31,33). Saben entonces que dan el fruto agradable a Dios, gracias a Él (Os 14,9).

 Libres así de toda "instrucción del demonio" pueden proclamar exultantes como San Pablo: "Soy el último de los apóstoles, indigno del título de apóstol..., pero por la Gracia de Dios soy lo que soy y su Gracia no ha sido estéril en mi" (1 Co 15,9-10a).

 Por eso proclaman con la esposa del Cantar de los Cantares: "Para ti son mis frutos, Señor"(Ct 7,14).

 

P. Antonio Pavía 

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miércoles, 1 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra "Mis Palabras son Espíritu y Vida” (Sl 45) (VIII) (Jn 6,63b)

 


 Seguimos partiendo la Palabra de Dios.

 Recordamos lo que profetizó el Salmista acerca de Jesús: "En tus labios se derrama la Gracia". Es la Gracia, que como ya vimos, es en sí, el Manantial de la Ternura de Dios, en un mundo que desprecia al Señor Jesús y a sus Discípulos, por la misma razón: La Palabra descubre las vanidades y deformaciones de la Verdad.

Satanás nos encumbra con sus mentiras, que un día nos encierran en la más penosa soledad. En esta situación resuena este grito del salmista: ¡En tus labios se derrama la Gracia!

Y nos preguntamos: ¿Que tiene la Gracia para ser la solución a nuestras limitaciones existenciales? ¿Será capaz de dar la vuelta a tantos vacíos que nos acechan?

 Respondemos "Partiendo la Palabra"; abrimos el oído a lo que nos dice el rey David, por medio del Salmo 63: “Oh Dios, tú eres mi Dios, yo te busco...tú Gracia vale más que la vida" (Sl 63,1-4).

 En el próximo texto, partiremos estas Palabras, que Dios inspiró a su amigo, el Rey David.

 

P. Antonio Pavía 

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