El Salmista, inspirado por Dios, nos dice que este hombre está listo para
un combate. Es una profecía sobre la Encarnación del Hijo de Dios, que
mantendrá el combate de la Verdad, contra el engaño, contra Satanás, llamado
por Jesús, el padre de la mentira (Jn 8,44). Un combate contra el Embaucador
que busca degradarnos hasta el escarnio más profundo haciéndonos
creer que no tenemos alma, y si no tenemos alma, no somos más que un
conglomerado de huesos, músculos, tendones...etc., regados por sangre.
Un engaño así, tan destructivo, provoca la compasión de Dios, de ahí la
profecía alegórica que nos presenta al Mesías en estos y parecidos términos:
"Cíñete noble guerrero, cabalga victorioso por la verdad y la
justicia..."
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario