Jesús podría haber dicho: ¡Ojalá fueras como él! Y es que, el publicano
golpeándose el pecho, apenas decía: Señor, ten piedad de mí que soy pecador. ¡Que grande fue este hombre a los ojos de
Dios; tanto que hasta le robó el corazón!
No os asustéis; el publicano inició
su oración, igual que la inició David después de su adulterio y asesinato:
"Ten piedad de mí Señor por tu inmenso amor...limpia mis pecados... (Sl
51,3-4) Dios dijo respecto a David: " He encontrado en David a un hombre
según mi corazón..." (Hc 13,22) Lo dijo porque a pesar de sus caídas,
sabía que se iba a dejar limpiar y reconstruir por Él. El publicano salió del
Templo, justificado; es decir: "ajustado a Dios".
¿Aprenderemos a permitir a Dios, que trabaje en nosotros con sus Palabras de Vida?
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com

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