miércoles, 11 de diciembre de 2019

In memoriam


                                                          

                  
A ti, pequeñín de 16 semanas que no llegaste a ver la luz de la tierra aunque sí la del cielo; a ti, que por causas de la vida has partido al Reino antes de nacer, dile a Dios que tu alma limpia como la nieve, sea la luz de tus padres; que no piensen que ya no existes porque eso te haría llorar amargamente y, tú eres más grande que muchos que pueblan el mundo.

Te habrían llamado Hugo y hoy tus ojos bien abiertos tienen la Gracia de ver a todos los que dejaste en la tierra. Diles, a través del Libro de la Vida lo que estás viviendo, su alegría de saberte tan feliz les llenará el corazón.

Has dejado un vacío temporal, cierto, pero no eterno. Tu inmortalidad hará que te amen tanto como si estuvieras aquí aunque sus ojos sean ciegos a la realidad de tu ser: Un alma sin desperfectos y un cuerpo a imagen y semejanza de Dios. 

Genial

Para Hugo no hay tiempo, para Hugo estáis con él si así fuera vuestra voluntad. 

Procurad llegar allá donde mora y pensad que el alma y la resurrección de la carne, son hechos incuestionables.   

A quien más dolió su marcha fue a quien lo envió, Dios, pero si con esta tragedia llegáis a verle desde el corazón y la Fe, bendito sea Hugo que ya, desde su concepción, miraba por vosotros. Gracias Hugo por existir.

En memoria de los no nacidos que tomaron el rumbo del cielo. 
     
  Emma Díez Lobo


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