Cafetería y teatro
de París, Paseo de Niza, mercadillo Navideño de Berlín, concierto de
Mánchester, Parlamento Británico, metro de Londres, museo de Bruselas, tren de
Alemania, las Ramblas Barcelona, Las Twin Towers… Y no sigo con el Continente
africano ni Oriente.
Me pregunto para
qué quiere Satán tanto tío en sus mazmorras… En verdad que no le entiendo. Si
me dijeras que lo pasan de miedo, lo podría entender, pero todo el día
despellejando, torturando, haciendo burradas y odiando desde hace miles de años…
Como que no le encuentro yo aliciente y, encima con unos calores… Qué ni el Popocatépetl
¡Por Dios a donde
lleva la mentira! Qué ganas de condenarse en manos de los ejércitos de Satán,
con lo dichosos que serían si se convirtieran a la luz de Cristo, al único Dios
del universo.
¿Puente de Londres?
Y muchos más lugares que aún no conocemos el nombre. Esos fanáticos… Me apena
su final comprado con el precio de la sangre propia y ajena. No tienen ni idea
de la oscuridad y dolor que les espera. Vaya por ellos nuestra oración para que
nadie tenga que llorar.
Si amas al hombre, amas
a Dios, si odias al hombre, odias a Dios. A
ver si un día se enteran de que Dios es AMOR y no una deidad que invita a la
destrucción y al odio.
- Jesús: “Quien me
ha visto a mí, ha visto al Padre… Yo estoy en el Padre y el Padre en mí” (Jn 14, 7-14).
Emma Díez Lobo
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