miércoles, 4 de diciembre de 2019

Puente de Londres




Cafetería y teatro de París, Paseo de Niza, mercadillo Navideño de Berlín, concierto de Mánchester, Parlamento Británico, metro de Londres, museo de Bruselas, tren de Alemania, las Ramblas Barcelona, Las Twin Towers… Y no sigo con el Continente africano ni Oriente.  

Me pregunto para qué quiere Satán tanto tío en sus mazmorras… En verdad que no le entiendo. Si me dijeras que lo pasan de miedo, lo podría entender, pero todo el día despellejando, torturando, haciendo burradas y odiando desde hace miles de años… Como que no le encuentro yo aliciente y, encima con unos calores… Qué ni el Popocatépetl   

¡Por Dios a donde lleva la mentira! Qué ganas de condenarse en manos de los ejércitos de Satán, con lo dichosos que serían si se convirtieran a la luz de Cristo, al único Dios del universo.

¿Puente de Londres? Y muchos más lugares que aún no conocemos el nombre. Esos fanáticos… Me apena su final comprado con el precio de la sangre propia y ajena. No tienen ni idea de la oscuridad y dolor que les espera. Vaya por ellos nuestra oración para que nadie tenga que llorar.  
    
Si amas al hombre, amas a Dios, si odias al hombre, odias a Dios. A ver si un día se enteran de que Dios es AMOR y no una deidad que invita a la destrucción y al odio.

- Jesús: “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre… Yo estoy en el Padre y el Padre en mí”  (Jn 14, 7-14).   

   Emma Díez Lobo


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