¡Señor quiero
serte fiel!
Israel es la viña
de Dios, la higuera simboliza su Palabra; esto nos ayuda a entender mejor el
Evangelio de hoy. El dueño de la viña no encontró fruto en la higuera. Israel
que se enorgullece de ser el depositario de la Palabra de Dios no ha dado
fruto. El dueño insta al encargado: si no ha dado fruto en tres años,
arráncala. El encargado, que es Jesús, le responde: Es cierto, llevo tres años
predicando el Evangelio y ni siquiera mis discípulos han dado fruto, discuten
sin parar sobre quién es el mayor, pero añade; espera que falta lo más
importante: voy a dar mi vida por todos los hombres para que puedan dar fruto.
Al morir, Jesús grito al Padre: ¡Todo está cumplido! (Jn 19,34). Su Palabra
está cumplida. Con su muerte, Jesús, el "Lleno de gracia y de verdad"
(Jn 1,14b), nos dejó en el Evangelio "su plenitud de gracia y de
verdad".
Ya podemos dar
fruto porque el Evangelio es el que crea en el hombre la fidelidad a Dios.
P. Antonio Pavía
https://comunidadmariama.blogspot.com/
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