martes, 1 de marzo de 2022

Somos tan únicos...

 

                                                                 

 Cada uno de nosotros somos un YO en soledad, durísima soledad individual. No entiendo pues que osen designarme “masa”. No, aquí no hay nadie masa, cada uno vive atrapado en un cuerpo único.      

Las voces que escucho, de muchos o de pocos, me suenan a “cada uno”, a cada alma que habita este mundo, tan solo y tan él, tan con su alma que el azar de su existencia se hace imposible, de lo material no nace espíritu.

¿Te has preguntado por qué no exististe hace 3000 años o por qué no vivir en el cuerpo de tu primer hermano? Solo pudo haber sido UNO que así lo decidió.  

Millones de años pasaron sin nuestro espíritu para que un día “nos enviaran” ¿Éramos imprescindibles?, sin nosotros el mundo también daba vueltas... Advierto un propósito calculado.

Somos pura conciencia y la cuestión no es de cuerpo -los canguros también lo tienen- sino de espíritu. El discernimiento, exclusivo del hombre no viene en átomos... Los mosquitos, no van al infierno.   

La materia hace visible la existencia, también la tuvo Cristo, pero no distingue el bien del mal, solo tu SER lo hace, razón por la que te enfrentarás a tu Creador, un pedazo de carne no se enfrenta a nada.  

Y porque eres los más grande para Dios -envió a su Hijo por ti-, algún día tendrás un “cuerpo” acorde a tu espíritu y conoceremos la suerte de haber SIDO.  

 Emma Díez Lobo

 

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