¿De qué te vale relucir por
fuera si estás lleno de pecados (lejos de Dios)? Pues de nada, las costumbres
ancestrales que salen de los hombres, por santos que sean, son de los hombres...
Lavarse las manos no purifica el alma,
te quita bacterias y ya.
Es lo que tiene ser hipócrita,
la mentira revestida de “buena apariencia”. Dios les señaló entonces y a veces
es a nosotros a quien señala. Seamos francos en todas las ocasiones y si cae
mal, pues cae... La Verdad y el cielo, están unidos.
Veo fariseos todos los días,
pongo por caso, esos que se sientan en Parlamentos creando pobreza; son los eternos y falsos prometedores de acabar con
ella y por eso la engendran. La constante
hipocresía les mantiene en el Poder.
Aléjate de los mentirosos,
de los que derriban cruces y odian tu fe; de los que van en “Bugatti” a tu
costa y huelen a jabón. Escuchar al demonio, vivir con él y llevarle de
copiloto, les priva.
Límpiate de toda maldad confesando
tus pecados ante Dios y después te “lavas las manos” … No antes.
Emma
Díez Lobo
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