Juan grito: ¡Es
el Señor!
Y Pedro fue a su
encuentro
Nueva aparición
de Jesús a sus discípulos que ya saben que ha resucitado, pero saben también
que no han estado a la altura de la llamada que les hizo abandonándolo en su pasión.
Quizás por eso retoman su oficio de pescadores. No pescan nada en toda la noche
cuando de pronto una voz que les invita a echar nuevamente la red, que se llenó
de peces.
Lo normal es que
los Apóstoles pensaran que esa voz era la de Jesús, pero estaban demasiado
aturdidos y golpeados para reconocerle. El discípulo amado sí que le reconoció
y gritó: ¡Es el Señor! Juan reconoció la voz porque Jesús abrió los oídos de su
alma cuando estuvo a su lado al pie de la Cruz. Allí es donde el Hijo de Dios
forma el corazón de sus discípulos haciéndoles capaces de verle y oírle allí
donde la Sabiduría del mundo es impotente para adentrarse en el Misterio de
Dios. Al pie de la Cruz, Jesús le abrió su Misterio, a él y a todos los que
apoyados y fortalecidos por sus palabras de vida plantan la tienda de su alma
en el Calvario.
Al oír el grito
de Juan, Pedro desentendiéndose de la barca y de los peces fue al encuentro de
Jesús. Esta es la Gran Noticia que los discípulos de Jesús hemos de dar a un
mundo, que, aturdido por tantos motivos, le ignora: ¡Es el Señor!
Algunos, como Pedro irán a su encuentro.
P. Antonio Pavía
https://comunidadmariama.blogspot.com/
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