¡Cuánto se ha escrito sobre Ti, María! Yo no sé decir nada nuevo después de que Jesús Te eligiera como Madre del mundo, pero ¿Sabes qué? que no Te pongo cara ni cuerpo y, cuando pienso en una madre, me acuerdo de la mía.
Hoy es tu día también, el de
todas las madres que sufren por sus hijos, pero como Tú, no ha existido ninguna
sobre la tierra que tuviera el corazón atravesado de espadas.
Todo dentro de tu corazón y
en silencio... Es la gran humildad, la que no es de este mundo y mira que hay
madres que han perdido hijos ¡Quien mejor que Tú nos puede entender! Ya, ya sé
que los nuestros son diferentes al Tuyo, pero la maternidad no cambia.
Eres el consuelo de todas
las madres y la imagen del supremo sufrimiento. ¡Como imitarte querida María!
Aquí, la desesperación y la angustia a veces nos arrastra.
Pero estamos en mayo, mes
dedicado a Ti y aunque no podemos verte para darte flores, sé que los jardines
del cielo lo harán en nuestro nombre.
Si no fuera por Ti, no
llegaríamos a Dios, eres la plegaria más preciada: Rosario para la Paz en
nuestras guerras diarias, Me pregunto dónde se encuentra aquel Rosario Único que
entregaste a Santo Domingo; los nuestros también son preciosos...
A los 64 años nos dejaste y
esa es la imagen que tengo, una cara ajada, llena de amor de madre por la
humanidad. Gracias.
Emma
Díez Lobo
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