lunes, 30 de mayo de 2022

Mi vida está en tus manos, Señor

 

Una de las frases más comunes, que en distintas formas encontramos en la Escritura es: "En tus manos está mi vida Señor”.

Hoy vemos a los apóstoles que se ven sorprendidos por una violenta tempestad en el mar. Tienen el viento en contra y la barca zarandeada por las olas (Mt 14,22-33). Nuestros amigos están angustiadísimos cuando de pronto oyen la voz de Jesús: ¡¡No temáis, soy yo!! Pedro quiere asegurarse de que no son víctimas de un delirio colectivo y grita: Si eres tú Señor, déjame ir hacia ti sobre las aguas. Jesús le dijo: ¡Ven! Apoyado en esta Palabra de Jesús: “¡Ven!”, Pedro empezó a caminar hacia Él. Mientras sus ojos estaban fijos en Jesús sus pasos fueron firmes, pero a un cierto momento se asustó por la fuerza del viento que como he dicho lo tenía en contra y comenzó a hundirse.

 Pedro entendió que estaba a merced del mal -el viento en quien había posado sus ojos- por lo que volviendo su mirada a Jesús le gritó: ¡Señor sálvame! Dice Mateo que al punto Jesús le tendió la mano librándole del poder de las aguas.

 El mar simboliza la morada de Satanás. Jesús le tendió su mano cumpliendo así la promesa que les y nos había dado: "Mis ovejas escuchan mi voz (mi Palabra)  y nadie las arrebatará de mi mano (Jn 10,27-28). Sí, nuestra vida está en sus manos.


 P. Antonio Pavía 

  

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