Fijaros como es el tema que hace unos días, un sacerdote me recordó que para que Jesús esté en medio de nosotros, debemos ser dos o más hablando de Él: “Porque donde dos o tres están reunidos en mi Nombre, allí estoy Yo en medio de ellos” (Mateo 18,15).
La comunidad de la Iglesia es la Casa de reunión con Dios. La pregunta era que,
si yo participaba de la misa por el “ordenata”, me valía. Pues a medias si
quería sentirme cerca de Él. Lo que a Dios Le duele, por ti, es que vayas al “teatro”
y no a su Templo.
Por otro lado, hablar
de Él es genial, sabes que está ahí, en la mesa con el grupo. El Espíritu Santo
ayuda a recordar los pasajes del Nuevo Testamento, y puedes rebatir ideas
profanas o por lo menos, haces reflexionar.
Una amiga decía que
Jesús estaba en todas partes y no necesitaba ir a ningún sitio para encontrarse
con Él; y le entré con el Evangelio de Mateo. No eran palabras mías sino de
Dios. Pero se niega a escucharlas en la Iglesia porque juzga a los Sacerdotes
¡Qué manía con los juicios personales, como si la Palabra cambiara!
Lo grande es que yo
no tengo nada que inventar y me es muy fácil; en cambio ella tiene que basarse en
sí misma... Total, que “la palabra” ya no es de Dios sino suya y se cree que
vale. ¡Pues no!
Dos o más en Su
Nombre, son cosas del cielo...
Emma Díez lobo
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