Bellísima esta
declaración de amor de David a Dios: " El Señor es mi pastor nada me
falta..." (Sl 23). David no vive este amor a Dios como fruto de una vida
ascética sino por el hecho de haber amado su Palabra más que a si mismo; fue la
Palabra la que creó tal intimidad con Dios, que le movió a decir: ¡Nada me
falta!
Los Salmos, como dice
la Iglesia, contienen profecías que se cumplen en Jesucristo y en los que se
adentran en su fascinante invitación a ser sus Discípulos. Jesús se nos
presenta en el Evangelio como el Buen Pastor anunciado por los profetas.
Leamos lo que nos
dice por medio de Juan: "Yo he venido para que -mis ovejas- tengan vida y
la tengan en abundancia" (Jn 10,10b). He ahí la razón por lo cual llega a
decir: ¡Sólo tu Señor me bastas porque me das la vida en abundancia!
Que bien lo expresó
San Pablo al escribir: "Estoy acostumbrado a todo, a la escasez y a la
abundancia" (Fil 4,12).
P. Antonio Pavía
https://comunidadmariama.blogspot.com/
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