A todos nos entusiasma la idea de vivir, ya en este mundo, permanentemente con Jesús; pues bien sepamos que Él desea estar permanentemente unido con quiénes a pesar de sus debilidades e incoherencias acogen su llamada al Discipulado, y esto nos sobrecoge profundamente. Sepamos que no hay otra Escuela del Amor… del Amor de Jesús, que su Santo Evangelio. En él oímos a Jesús que nos dice: " Yo soy la vid verdadera, vosotros mis sarmientos... Permaneced en mi como yo en vosotros…" (Jn 15,1).
Miremos a María… como dio su sí a Dios... "Hágase en mi según tu Palabra." (Lc 1,38).
P. Antonio Pavía
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