domingo, 19 de junio de 2022

El grave error

 


El grave ERROR de base es no separar al hombre del Espíritu Santo impuesto en la Ordenación de Sacerdotes Católicos.   

¡Cuántos me encuentro que unen lo humano con lo Divino! Así nacieron los cismáticos, las nuevas religiones cristianas, las sectas o las ideas a gusto personal. No distinguen, no saben que la Consagración de un apóstol viene de Dios desde el año 34 -Pentecostés (Juan 20, 19-23)-. “Lo que perdonéis en la tierra...”; y les infundió el Espíritu Santo para que perdonaran en su Nombre.     

No es nuestra labor juzgar la vida de un sacerdote, lo que importa es que el Espíritu Santo actúa y se sirve de ellos para suministrar los Sacramentos o darnos a conocer el Evangelio: 

Cuando nos Leen La Palabra, en la Confesión, en la Eucaristía, en las Ordenaciones. Lo de menos es de quien son la boca y las manos Consagradas.

Y tanto es así que el Clero y el Papa, siendo hombres pecadores y a lo mejor más que tú y que yo, también se condenan, pero el Poder Divino de librarte de la culpa del pecado y de Consagrar, solo ellos mas no es Obra de ellos.      

Si no se ajustan a tu idea de perfección, no te equivoques, son humanos no dioses y como nosotros también deben confesarse con otros sacerdotes.             

¡Sálvate!, y deja de mirar quien te perdona, que un Consagrado ni tiene cara ni vida personal porque el perdón no viene de él sino de Dios.

    Emma Díez Lobo   

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