lunes, 25 de julio de 2022

Amados por Dios

 

Vemos a Jesús Crucificado a la luz de este texto de Isaías:

"Despreciado, deshecho de los hombres, varón de dolores...no le tuvimos en cuenta..." (Is 53,3) Nos hay duda de que Satanás príncipe del mal sembró todo su odio contra Jesús incitando a Israel a crucificarle. Aun así, tanto Él como su Padre mostraron a toda la Humanidad su infinita grandeza y misericordia. 

 Jesús sabía que el odio y el mal se cebarían en Él, más también sabía que no le faltaría el abrazo interior de su Padre en la espantosa soledad del Gólgota. Lo dijo a los suyos antes de su prendimiento: "... Os dispersareis y me dejaréis solo... pero no estoy solo, mi Padre está conmigo" (Jn16,32b).

 Así fue, su Padre estuvo misteriosamente con Él en la Cruz haciendo como de escudo protector ante tanto escarnio y sufrimiento. 

 Si, estuvo con Él besando una a una todas sus heridas, las del cuerpo y las del alma. Lo sabemos por la profecía del salmista:"...Dios no ha despreciado la miseria del masacrado, no le oculto su rostro..." (Sl 22,25).

 Si, estuvo con Él aliviando   sus heridas con sus lágrimas...y asimismo está con nosotros, sus discípulos, cuando somos golpeados, igual que Jesús, por el odio del mundo.

  

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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