¡Qué suerte tuvieron los judíos de tener a Jesús entre ellos!, y qué pena que no Le aceptaran entonces ni acepten ahora por la temeraria tradición de los Kohamin o rabinos.
“Nadie es profeta en su tierra” …
Él lo sabía, y ahí siguen anclados a los “descendientes de Aarón” e incrédulos
a las palabras de los profetas Isaías o Miqueas que Le anunciaban. ¿Serán
condenados? Ni idea, pero según el Evangelio no lo tienen muy halagüeño que
digamos. A ver si alguno se Lee La Palabra como
está escrita desde antes de Cristo -omiten lo que les parece- o La
“observa” por casualidad y se entera.
Bien que los países presumen
de sus compositores, pintores, deportistas etc. y resulta que Israel no presume
del HIJO DE DIOS ¡Desperdicio de supremo HONOR!
Me habría encantado que
hubiera nacido en Hispania... Porque al final, España es de Cristo... Pero
tenemos el Santo Grial gracias a Saladino -Sultán de Egipto- en agradecimiento
del trigo que España envió a su País en tiempos de hambruna.
Escucha Israel, si hoy se os
apareciera Moisés, os diría cuatro cosas... Ojalá meditarais “La
transfiguración de Jesús” cuando se presentó a los apóstoles junto a Elías y Moisés... Pero no lo haréis y seguiréis esperando al Hijo que no volverá
a nacer. No confundid su segunda venida con el Dios que aguardáis porque solo
vendrá con “toga” para juzgaros.
Cuando
llegue la Nueva Jerusalén, creerán las profecías del Antiguo Testamento
cumplidas en el Nuevo del Hijo-Dios, pero será demasiado tarde.
Emma
Díez Lobo
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