miércoles, 20 de julio de 2022

Jesús nos parte la Palabra

 

Un israelita cansado del absurdo de su vida sin Dios se vuelve confiado, así a Él: "Señor, mi corazón ya no es ambicioso...no pretendo grandezas que me superan...acallo mis deseos como un niño destetado en el regazo de su madre" (Sl 131)

Los que hacemos el camino del Discipulado sabemos mucho de lo que le pasa a este hombre. Hemos franqueado muchas puertas buscando nuestra plenitud y aunque hemos experimentado fases esplendorosas algo o mucho de Vida se nos escapa.

 Desearíamos como éste israelita acomodarnos en el regazo materno de Dios. Puesto bien, del deseo a la realidad no hay un paso sino una persona: El Señor Jesús. Vino al mundo para que conociéramos a Dios como Padre y a enseñarnos a descansar en Él.

 Imagen fortísima de este don la vemos en la Catequesis que dio a sus dos discípulos de Emaús. Le salió al encuentro cuando desanimados ya no esperaban nada de Él. A lo largo de la Catequesis les interpretó las Escrituras prendiendo así su Fuego en sus entrañas. Así lo testificaron ellos: ¿No ardía nuestro corazón cuando nos partía la Palabra abriéndonos su sentido?  (Lc 24,32)

 He ahí el Regazo de Dios: su Palabra llameante.

  

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

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