Hágase Señor tu voluntad en mi
Los discípulos de Jesús, testigos de su
íntima relación con el Padre le piden que les enseñe a orar. Jesús entonces les
enseñó el Padre Nuestro la oración por excelencia porque en ella pedimos a Dios
que nos ayude a hacer su voluntad.
Hacer la voluntad de Dios a Nosotros se nos antoja
a veces muy cuesta arriba, aun así, quien desea ser discípulo de Jesús susurra
suplicante: Hágase tu voluntad en mí, en continuidad con el Hágase de María.
Cuando ella respondió al Ángel: Hágase en mi según tu Palabra no sabía lo que
iba a ser de ella el día de mañana, pero lo dijo.
Sondeamos ahora el Hágase de Jesús al
Padre en el Huerto de los Olivos. Su sensibilidad le pedía rechazar la Pasión,
de ahí su: Padre aparta de mi este cáliz, tres veces. Otros tres susurros: Más
no se haga mi voluntad sino la tuya. Dice Lucas que un Ángel le confortaba. (Lc
22,43)
Jesús el Cordero enviado por el Padre
fue confortado por Él cómo estaba profetizado "El Señor es mi pastor...conforta
mi alma... (Sl 23,1)
He ahí el secreto de nuestra fidelidad a
Dios, a su voluntad en medio de las pruebas; saber que seremos confortados por Él.
¡He ahí el secreto de nuestro! ¡Hágase...!
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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