domingo, 31 de julio de 2022

¿Siervo de Cristo o siervo del demonio?

 


Siervo de Jesucristo… este concepto, aplicado a los tiempos actuales, a este ambiente general que rodea nuestras sociedades, a esta mentalidad individualista que nos embarga y a las ambiciones que tenemos los seres humanos, parece completamente en desuso. Ser siervo de Cristo. Si observas los orígenes de la Iglesia, los primeros discípulos estaban dispuestos a ser mártires en las arenas del circo, a sufrir persecución por Aquel que había dado su vida por nosotros. ¿Y qué hacemos hoy, cada uno, en su vida?

Siervo de Cristo. ¿Estoy dispuesto a sufrir la ignominia del rechazo de los que me critican mi condición de cristiano? ¿Soy plenamente consciente de que en el mundo actual solo hay otro que pretende ser el dueño de nuestro destino y quiere que seamos sus siervos pues fin es apartar las almas del camino recto? Si, el mundo se mueve entre dos dueños. Uno es Satanás, el usurpador, el destructor del alma humana, para hacernos sus siervos desde la esclavitud. El otro es Jesucristo, el Salvador, que murió en la cruz para redimirnos del pecado, para hacernos sus siervos desde la libertad. Jesucristo nos quiere libres del poder de Satanás; el príncipe del mal nos quiere esclavos para que no seamos testigos de la verdad.

Siervos de Jesucristo. Ser siervo de Cristo es tener presente la belleza de asemejarse a Él, caminar con Él, entregarse silenciosamente uno mismo para romper la dureza del corazón y abrirlo a la paz, al amor, a la autenticidad, a la caridad, a la esperanza… Secretamente muchos de los que son esclavos del mundo también desean cambiar de amo y conocer a este otro Amo, Jesucristo.

Cristo nos amó tanto que no podemos más que corresponder a tanto amor.

Siervos de Jesucristo. Este término, incomprendido en la sociedad de hoy, pertenece a otro mundo que no es de aquí, proviene del santuario celestial, es de Dios, pertenece a la eternidad. Y uno tiene que sentirse sirvo de Cristo. Estar orgulloso de ser siervo de Cristo. Orar para ser un auténtico siervo de Cristo. Haciéndolo así uno adquiere la felicidad suprema. No hay nada más hermoso que servir al que te sirvió primero, al que lo dio todo por ti. Y ese es Cristo. 

 ¡Señor, quiero ser tu siervo, porque tu eres Jesucristo, Maestro de Maestros, Pastor de pastores, tu lo llenas todo por medio del Espíritu Santo con tu sabiduría, con tu amor, con tu consejo, con tu misericordia, con tu conocimiento, con tu paz, con tu generosidad, con tu humildad, con tu inteligencia! ¡Señor, quiero ser tu siervo porque eres Tu quien da la luz, porque con tu Palabra nos abres a la verdad! ¡Señor, quiero ser tu siervo para que hagas fructíferas las verdades de tu Palabra! ¡Señor, quiero ser tu siervo para vivir por la fe, teniendo absoluta seguridad que a los que buscan el reino de Dios y su justicia, todas las cosas les serán dadas por añadidura! ¡Señor, quiero ser tu siervo para no vivir anclado en el conformismo, para no tender a la inclinación a la comodidad, y al consumismo! ¡Señor, quiero ser tu siervo para aprender a seguir tus pisadas, a seguir tu ejemplo y a ver estas instrucciones como figura de simplicidad, sencillez, humildad y de absoluta dependencia en Ti!  ¡Señor, quiero ser tu siervo, para que habites en esta vasija de barro que es mi corazón, para que la extraordinaria grandeza de Tu poder sea de Dios y no mía, para que mi vida sea testimonio de tu verdad, para que sea la demostración del poder del Espíritu sobre mí, para que mi fe no descanse en la sabiduría humana sino en el Poder de Dios! ¡Concédeme, Señor, predicar con sabiduría y prudencia celestial las palabras de vida eterna que solo tú tienes, para renovar mi vida, para despertarme hacia la gracia, para alejarme del pecado, para vivir pensando en la salvación, ¡para no dejarme vencer por las tentaciones de Satanás! ¡Nunca permitas, Señor, que, como siervo tuyo, ¡pierda de vista la responsabilidad tan grande que has puesto en mis manos y por la cual debo rendir cuentas ante Ti! ¡Señor, dueño único de mi corazón, libra y guarda todo mi ser, para no caer en la tentación de seguir las invitaciones del demonio para desviarme de la verdad!

RMMC

 

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