Por supuesto partiendo de los Salmos
pues en ellos resplandecía su misión mesiánica; profetizaban su rechazo,
desprecios y su condena a muerte. Podemos ver por ejemplo el Salmo 22. Los
Salmos son nuestra oración por excelencia ya que, como dice la Iglesia son
también profecías acerca de los Discípulos de Jesús. En este contexto
entendemos que Jesús les, y nos, enseñase la oración por excelencia: Él
Padrenuestro. Sí, porque solo en una relación con nuestro Padre, parecida a la
de Jesús, nos permite descubrir la Grandeza Divina que supone ser Discípulos
suyos.
El Padre Nuestro nos enseña poco a poco a saber que la oración es un estar
gozoso "cara a cara con Dios". Él nos lo profetizó por medio de
Moisés (Ex 33, 11).
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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