Iniciamos un ciclo catequético en el que con la ayuda de Dios abordaremos
la identidad entre Jesús Maestro y nosotros sus Discípulos, llamados a dar
fruto, como servicio al mundo. Somos semillas en las manos de nuestro Buen
Pastor quien, desde sus mismas manos nos hace crecer como "espigas suyas".
El ciclo tendrá como base el pasaje de: (Jn 12,20-32) que empieza
hablándonos de unos griegos que están en Jerusalén y oyen hablar de Jesús. No
son judíos, pero sienten una atracción especial por Israel, a causa de su
monoteísmo. Son conscientes de que, si existe Dios, tiene que ser Uno y no un
racimo de divinidades con distintas funciones: dios del mar, de la agricultura,
del pensamiento...etc.
Estos griegos, que están de visita
en Israel y como he dicho oyen hablar de un tal Jesús, él Mesías esperado; van
donde Felipe y le dicen: Queremos ver a Jesús. No sabemos si les mueve la
simple curiosidad o algo mucho más serio. A estas alturas esto no importa mucho;
además todo buscador de Dios es inicialmente movido por cierta curiosidad. ¡¡¡Lo
mejor de quien en su perseverancia, encuentra a Dios es que... nunca jamás
estará solo!!! Dios a quien buscó y encontró vive con Él.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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