El
pueblo de Israel hizo alianza con Dios, y la ratificó con sacrificios de
animales (Ex 24,4-8). Pero Dios aprecia más el sacrificio de un corazón
agradecido. ¡Menos reci-tar la ley y más caridad!
El Salmo
tiene la estructura de un juicio en el que Dios es a la vez el demandante y el
juez; un juez y demandante que ama y desea conquistar el amor del demandado,
(vs. 5 y 7); los miembros del jurado son los cielos y la tierra, y el demandado
es su pueblo elegido. En el Salmo 51 que sigue a éste, el pueblo confiesa su
pecado, y se arrepiente.
1 Salmo de Asaf
SALMO
APLICADO
A LA IGLESIA DE JESÚS
Convocatoria del
tribunal, presidido por Dios
1 El Dios de los dioses, el Señor habla
Dios convoca a su presencia
y convoca la tierra de oriente a
occidente.
a todos los pueblos de la tierra,
2 Desde Sión, la hermosa sin par, Dios
resplandece,
en medio de su Iglesia,
a la que hizo luz
del mundo;
3 viene nuestro Dios y no
callará.
nadie ni nada le hará
callar.
Delante de él, fuego que
devora,
Le precede un deseo de
que
en torno a él, violenta
tempestad,
seamos santos, no se contenta con menos;
4 convoca a los cielos desde lo
alto,
quiere que todo el mundo sea testigo
y a la tierra para juzgar a su
pueblo.
de lo que él espera de su Iglesia.
Se hace comparecer al
demandado, al pueblo elegido
5 “¡Congregadme a mis fieles, los que
“Traedme sus miembros a mi presencia,
sellaron mi alianza con un
sacrificio”
a los que yo hice sal de la tierra.”
6 Anuncien los cielos su
justicia,
Reconozcan todos que el juicio va a ser
porque Dios mismo es el
juez.
justo puesto que Dios mismo será el juez.
Acusación amistosa al
pueblo amado, la Iglesia de Cristo
7 Escucha, pueblo mío, que hablo
yo,
Escucha, amada Iglesia,
voy a decir
Israel, yo atestiguo contra
ti,
lo que veo en ti que no me gusta,
yo, Dios, tu
Dios.
sin
retirarte por ello mi amor.
8 No es por tus sacrificios por lo que te acuso:
No tengo
quejas contra tus
están siempre ante mí tus
holocaustos.
celebraciones litúrgicas, todas las
ceremonias salen a la perfección.
9 No tengo que tomar novillos de tu casa,
Pero no es eso lo más importante,
ni machos cabríos de tus
apriscos.
yo quiero experimentar vuestro amor.
10 Pues mías son todas las fieras de la selva,
No me impresionan
las reverencias
las bestias en los montes a
millares;
ni las rúbricas desprovistas
del calor
11 conozco todas las aves de los
cielos, del
corazón. Para cosas espectaculares
mías son las bestias de los
campos.
ya tengo los cuadrúpedos
y las aves que he creado.
12 Si hambre tuviera no habría de
decírtelo,
Si algo necesitara yo sé dónde
porque mío es el orbe y cuanto encierra,
echar mano, puesto que todo es
mío.
13 ¿Es que voy a comer carne de
toros,
¿Creéis que vais a ser mis bienhechores,
o beber sangre de machos
cabríos?
que sin vosotros no me puedo valer?
14 Ofrece a Dios sacrificios de acción de gracias,
sedme agradecidos,
cumple tus votos al
Altísimo;
y devolvedme el amor que os
tengo,
15 e invócame el día de la
angustia;
acudid a mí en toda necesidad,
te libraré y tú me darás
gracias,
os llevo siempre cerca de mi corazón.
Dura acusación contra
los hipócritas
16 Pero al impío Dios le
dice:
(1) A los hipócritas me
cuesta trabajo aguantarlos,
¿Por qué recitas mis
preceptos,
pretenden saber mucho de mí
y tienes siempre en tu boca mi
alianza
y hablan
como maestros de todos,
17 tú que detestas mi instrucción
cuando la verdad
es que me ignoran, y no
y no tienes en cuenta mis palabras?
se
cuidan de saber lo que quiero de ellos.
18 Si ves a un ladrón te unes a
él,
Roban con cara de
benditos
vives con los
adúlteros;
y abusan del
inocente con capa de piedad,
19 sueltas tu boca para hablar mal,
hieren con
lengua maldiciente y engañan
y tu lengua urde el
engaño.
a los que van a ellos con buena
voluntad.
20 Te sientas a hablar contra tu hermano,
Calumnian al hermano, difaman
deshonras al hijo de tu
madre.
a los compañeros
de trabajo.
21 Esto haces tú y ¿Me voy a quedar
callado?
Se creen que yo no me entero,
¿Piensas quizás que soy como
tú?
o que no voy a hacer lo mismo con ellos.
Yo te acuso y te lo echo en cara.
No les dejaré pasar ni
una de sus falsedades.
Qué hacer para evitar la
sentencia de condenación.
2 ¡Entended bien los que olvidáis a Dios,
¡Volved a mí de todo corazón,
no sea que os destroce sin
remedio!
para
que pueda derrochar
en vosotros la abundancia de mi amor.
23 El que ofrece sacrificios de alabanza
El que sabe
agradecer mis dones
es el que proclama mi
gloria,
es el que me glorifica,
al que procede rectamente
al que
cumpla mis mandamientos
le haré ver la salvación de
Dios.
le premiaré con la vida eterna.
(1) Rm 2,17-24
EXCURSO
¿DE QUÉ CLASE DE JUICIO NOS ESTÁ HABLANDO
El SALMO?
Es claro que se está
hablando de un juicio del pueblo elegido del Antiguo Testa-mento (v.4),
representado por Sión (v.2); Dios es el juez (v.6) a la vez que el testigo
fide-digno (v.7); el auditorio está compuesto por todos los habitantes del
cielo y de la tierra (v.4), y los acusados son los del pueblo de Dios.
Pero no
se trata de un juicio en el que el objetivo es probar que el acusado es
culpable e imponerle un castigo ejemplar. Esto iría en contra de lo que se
afirma rotunda-mente en (v.2): que “Sión es la hermosa sin par”. Hablando de
personas, la hermosura que cuenta no es la del cuerpo, sino la de su comportamiento;
el que peca es feo; y el que es hermoso, es decir, el se porta bien, no puede
ser objeto de juicio condenatorio.
Además, en el Salmo 51, que es
continuación del 50, veremos cómo el pueblo de Dios reconoce su pecado, pide
perdón, promete cumplir en adelante los encargos que Dios le ha encomendado, y
se siente seguro de que Dios le perdona.
Se trata
por tanto:
Primero: De una invitación a los gentiles a
apreciar e imitar la calidad de vida que llevaban los buenos entre los del pueblo
de Dios (vs.5-6).
Y Segundo: De una exhortación de
Dios a su pueblo a que reconozca sus debi-lidades de tipo moral (v.7) en las
que no han sabido ver lo que a él le disgustan y lo escandalosas que pueden ser
para los gentiles. En concreto, en los vs. 8-13 menciona los sacrificios de
animales a Dios a los que llamaban holocaustos; en el holocausto se mataba a un
animal y el sacrificante no aprovechaba nada de él, sino que lo quemaba todo
haciéndose a la idea de que estaba alimentando a Dios.
Había otra clase de sacrificios de
animales a los que llamaban ‘sacrificios de comunión’ porque, con una parte del
cuerpo del animal sacrificado, se celebraba un banquete entre amigos o
familiares en la presencia de Dios.
El Salmo dice claramente que en vez de
sacrificios de animales, lo que Dios desea es sacrificios de acción de gracias,
de cumplimiento de sus promesas a Dios (vs.14-15) y de alabanza a Dios (v.23).
Lo que realmente desea Dios de nosotros es que le amemos, y que le obedezcamos;
al que lo hace, Dios le hará ver la salvación (v.23), esto es: Le premiará con
la vida eterna.
Los (vs. 16-22) nos dejan ver que la
maldad de algunos del pueblo de Dios ha ido mucho más allá que la de el dejar
de ofrecer sacrificios auténticos.
Hoy día, entre los cristianos, podríamos
escribir un salmo semejante, donde los acusados, en vez de los miembros del
pueblo de Israel, seríamos los miembros de la Iglesia de Jesús. Jesús nos ha
enviado a ser luz del mundo y sal de la tierra; reconoz-camos nuestra
mediocridad en el cumplimiento de este encargo, y esforcémonos en com-placer a
Dios y en dar un buen ejemplo a los hermanos. Como en el caso de Israel, el
juez es Dios, y el auditorio lo componen todos los habitantes del cielo y de la
tierra.
En el
Salmo 51, continuación del 50, el pueblo de Dios reconoce su culpa y pide: 1º
perdón, y 2º ser, por así decir, creado de nuevo (vs.3-11). En vez de
sacrificios de animales ofrece el sacrificio de un corazón quebrantado (v.19).
A continuación de lo dicho en Salmo
51,18-19, llama la atención que concluya con la seguridad de que Dios va a
volver a aceptar holocaustos (v.21).
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