miércoles, 8 de julio de 2015

¡Ya lo decía Él!


Esto sucedía hace un porrón de años… Cuando en una Consagración se hicieron visibles al ojo humano, la CARNE y la SANGRE de Cristo.  

No fue una transubstanciación (conversión del pan y vino en Cuerpo y Sangre de Cristo, conservando los accidentes de su apariencia), no, fue literal, tangible.

 El milagro se debió a causa de un sacerdote atormentado por la duda. 
  
Cada día en la Eucaristía, se preguntaba: ¿Será verdad que es su Cuerpo y su Sangre derramada por nosotros?... Y celebraba la Consagración con verdadero sufrimiento; la fe estaba en juego ¡quería creerlo, pero no podía!

Y mira por donde, Dios hizo el milagro ante sus ojos. (Llego a presenciarlo yo y del salto que pego, me quedo instalada en la cúpula gritando… ¡Ya lo decía Jesúuuuuuus!!!

Muchos creyeron en ese momento pidiendo misericordia a Dios. ¿Cuántos hay que lo dudan y de hecho no van a misa? ¿Para qué? La fe es la verdad o la verdad es la fe.  Si aceptaran el real milagro, las Iglesias se colapsarían, pero no hay sufrimiento de fe en el alma…  

La Carne de la Hostia, pertenecía al endocardio, miocardio y ventrículo izquierdo de un corazón humano vivo; al igual que la Sangre, con los mismos elementos de una Sangre viva y coincidente con la Sábana Santa de Turín.  

En el Cáliz, la Sangre se dividió en cinco partículas de diferentes tamaños y formas. Después de una investigación, vieron que todas las partículas, juntas o por separado, pesaban lo mismo, es decir, daba igual poner en la balanza, una que cinco, el peso no variaba.

Sí, tiene explicación aunque no para los físicos: En cada  gota de Sangre derramada por Jesús, están todos los pecados del mundo, por tanto, cada una de ellas o todas juntas, llevan la misma carga y el mismo peso. No pesarían más cien grandes (si las hubiera), que una sola y pequeña…

Con la Sagrada Forma sucede algo parecido: En cada átomo de su composición, está el Cuerpo de Cristo, razón por la que hay que tener exceso celo al Comulgar cuando tú pones la mano… ¿Quedará algún residuo en nuestros dedos? Los apóstoles recibieron el Pan en la mano, es verdad, pero a mí me da terror tocarla.  

Este milagro de Lanciano (Italia) como el de Betania en Venezuela, no son únicos en el mundo. Ha sucedido antes y ahora en el siglo XXI y ningún científico hasta hoy, ha sido capaz de explicar porqué ese Corazón y esa Sangre, siguen aún vivos. 


Id a ver la verdad y si no podéis, creed sin ver y seréis Benditos de Dios. 

  Emma Díez Lobo                                                   

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