El pasado 29 de
julio se publicó en Italia, el libro “Amamos a quien no es amado” de la Madre Teresa de
Calcuta. El libro recoge dos discursos ineditos de la “apóstol de los últimos”
a quien el Papa Francisco canonizará el próximo 4 de septiembre en la Plaza de
San Pedro.
El libro trae un autor de excelencia para su prólogo,
el mismísimo Papa Francisco, quien ha querido destacar las cinco palabras
que caracterizaron a la persona y la misión de la santa: oración, caridad,
misericordia activa, familia y jóvenes.
La Madre Teresa no ha
trabajado para una ONG sino para Cristo.
El escrito del
Papa se decanta pronto por una apreciación fundamental: “hay una expresión de
Madre Teresa, que aquí no aparece, pero que sirve de apoyo a mi reflexión “Nosotros no somos una ONG. Las ONG trabajan por un proyecto,
nosotros trabajamos para todos”. Por eso yo mismo repito muchas
veces esto, la Iglesia no es una ONG porque trabaja para Cristo y para los
pobres en los cuales vive Cristo, les tiende la mano, les ayuda, les presenta
el rostro misericordioso…”
La Madre Teresa no se ocupaba de la beneficencia, ni
siquiera del voluntariado, no ha trabajado para los pobres, ha dedicado y
donado toda su vida entera a ellos, inspirada en Jesucristo.
Oración: el combustible del
cristiano.
“La primera palabra es Oración. La Madre Teresa nos
invita incansablemente a acudir a la fuente del Amor, Jesús muerto y
resucitado, presente en el sacramento de la Eucaristía, para después tener la
fuerza necesaria para socorrerlo en los más pobres entre los pobres, con el
corazón lleno de alegría.”
Caridad: la caricia de Dios
“(…) Significa hacerse próximo a las periferias de los
hombres y mujeres que encontramos cada día. Sentir compasión por los últimos en
nuestro cuerpo y en nuestro espíritu –sentir esa compasión solo es posible
cuando las necesidades y las heridas del otro, son recibidas en mi corazón- da
testimonio de la caricia de Dios para cada herida de la humanidad.”
Misericordia: El
camino a la santidad.
“La tercera es misericordia activa. Podríamos también
decir obras de misericordia corporal y espiritual. Es decir hacerse cargo de
todo el hombre y de todos los hombres”.
Familia: el amor de donarse
“(…) En la familia, aprendemos de mamá y papá a
sonreírnos, a perdonarnos, a acogernos, a sacrificarnos los unos por los otros,
a darse sin esperar nada a cambio, a rezar y sufrir juntos, a alegrarse y
ayudarnos recíprocamente”
Juventud: la llama de la
esperanza.
“A todos los jóvenes les pido ahora, no pierdan la
esperanza, no dejen que les roben el futuro que está en vuestras manos.
Permaneced en el Señor y amaros como Él os ama. Sed constructores de puentes
para contrarrestar la lógica de la división, del rechazo, del miedo los unos de
los otros, poneos al servicio de los pobres, afrontad con coraje la vida que es
un regalo de Dios”.
Gabriel López Santamaría
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