¿Qué hicisteis? Solo el odio puede contestar…
No erais políticos, tampoco soldados ni os protegían las armas. Decidme ¿Qué os
envió al martirio, la violación y la muerte?
Solo el odio puede contestar, solo la
envidia a la Fe puede hablar en nombre de la barbarie.
Fuisteis punto de mira de fusiles en
manos de anticristos. Una Hostia Consagrada, una Imagen Consagrada, una Copa
Consagrada, un hombre Consagrado, una esposa de Dios, provocaron el odio de los
endemoniados hijos del mal.
Siempre contra la Fe y el Crucifijo, los
dioses de la carne y del tiro fácil al que reza y perdona…
¡Cuántas manos manchadas de sangre y
pólvora se condenaron, cuántas! Pero no fue inútil para la nación de Dios,
porque vuestra Fe reforzaría la nuestra.
Mártires como Cristo, perdonando como
Cristo, en brazos del Padre como Cristo, os pedimos la fuerza que tuvisteis,
para estos tiempos de vuelta al odio y la blasfemia.
Y a vosotros, capos de la subversión y
el rencor, mal que os pese, seguimos ahí adorando a Dios, pidiendo por vosotros
y siempre, mal que os pese… Lo hicisteis en Roma ¡idólatras!, en Jerusalén ¡incrédulos!,
en el mundo misionero y civilizado ¡ateos! No os han exorcizado y tenéis un
grave problema. Vuestra apariencia no invita al rito de liberación ¡qué mala
suerte!
Convivimos y crecemos hombro con hombro
en el mismo campo, pero no os vamos a arrancar no sea que perdamos la más
pequeña espiga de trigo y eso, nunca.
Qué quiten cruces, que conviertan
Basílicas en museos, que profanen tumbas, que mi País se convierta en un
amasijo de renegados… ¡No da igual y lo siento! Pero nada amedranta sino une a mi pueblo en la FE. Es la
contrapartida al juego del odio.
¡Ganasteis mártires de la Iglesia Universal! Y ganaremos
nosotros, mal que les pese…
Emma
Díez Lobo
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