martes, 28 de agosto de 2018

A vos, mártires por la FE





                                                   
¿Qué hicisteis? Solo el odio puede contestar… No erais políticos, tampoco soldados ni os protegían las armas. Decidme ¿Qué os envió al martirio, la violación y la muerte?

Solo el odio puede contestar, solo la envidia a la Fe puede hablar en nombre de la barbarie.

Fuisteis punto de mira de fusiles en manos de anticristos. Una Hostia Consagrada, una Imagen Consagrada, una Copa Consagrada, un hombre Consagrado, una esposa de Dios, provocaron el odio de los endemoniados hijos del mal.

Siempre contra la Fe y el Crucifijo, los dioses de la carne y del tiro fácil al que reza y perdona…  

¡Cuántas manos manchadas de sangre y pólvora se condenaron, cuántas! Pero no fue inútil para la nación de Dios, porque vuestra Fe reforzaría la nuestra.
   
Mártires como Cristo, perdonando como Cristo, en brazos del Padre como Cristo, os pedimos la fuerza que tuvisteis, para estos tiempos de vuelta al odio y la blasfemia.  
   
Y a vosotros, capos de la subversión y el rencor, mal que os pese, seguimos ahí adorando a Dios, pidiendo por vosotros y siempre, mal que os pese… Lo hicisteis en Roma ¡idólatras!, en Jerusalén ¡incrédulos!, en el mundo misionero y civilizado ¡ateos! No os han exorcizado y tenéis un grave problema. Vuestra apariencia no invita al rito de liberación ¡qué mala suerte! 

Convivimos y crecemos hombro con hombro en el mismo campo, pero no os vamos a arrancar no sea que perdamos la más pequeña espiga de trigo y eso, nunca. 

Qué quiten cruces, que conviertan Basílicas en museos, que profanen tumbas, que mi País se convierta en un amasijo de renegados… ¡No da igual y lo siento! Pero nada amedranta  sino une a mi pueblo en la FE. Es la contrapartida al juego del odio.

¡Ganasteis  mártires de la Iglesia Universal! Y ganaremos nosotros, mal que les pese…

  Emma Díez Lobo  

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