Salvación, palabra con “vago” interés
para muchos. Se oye pero no se entiende, se escucha pero se le da la espalda. El
mundo cree que si hubiera algo después de la muerte, Dios te regala la
salvación; y no Leer a Dios, es no saber que esa idea es completamente falsa.
El alma se condena con una facilidad
extraordinaria sin Sacramento de confesión. Miles de millones de almas
corrientes, pueblan el hades para toda la eternidad (perpetuidad en la tortura,
el odio y el sufrimiento). Salvarte es LIBRARTE
DEL INFIERNO.
¿Si
no fuera por la existencia de ese lugar, Dios habría muerto por ti?
No lo
habría hecho. Él con su Muerte te ofreció la salvación de tan terrible lugar,
pero no te salva sin ti. Sus
advertencias son claras y contundentes, pero tú… Tú tienes tus propias ideas de
salvación, que por muy buenas que sean, no
son de Dios.
Oigo decir que Dios, siendo todo amor,
no permite que te condenes… No metas a
Dios en tus decisiones fuera del Evangelio. Tú eres el único responsable.
Él dijo: “Yo soy el camino… y la VIDA (salvación)”. ¿Te preocupa esta frase? Debería hacerlo. Tus erróneos
argumentos omiten sus Palabras y omitirlas es omitir a Dios. Jesús vino a
ampliar los 10 Mandamientos ¡No te quedes solo ahí!
Otros muchos piensan que con un acto de
contrición “en casa”, ya está todo resuelto. Lo más lejos de la verdad si no cumples con los Sacramentos por Él
instituidos. Y “por muy modernos que sean los tiempos”, nada ha cambiado para
Dios.
Mientras
vivas, Lee y cumple, después será tarde.
Emma
Díez Lobo
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