miércoles, 15 de agosto de 2018

La Asunción de María





















A la Asunción de Nuestra Señora


 ¿Adónde va, cuando se va, la llama?
¿Adónde va, cuando se va, la rosa?
¿Adónde sube, se disuelve airosa,
hélice, rosa y sueño de la rama?

¿Adónde va la llama, quién la llama?
A la rosa en escorzo ¿quién la acosa?
¿Qué regazo, qué esfera deleitosa,
qué amor de Padre la alza y la reclama?

¿Adónde va, cuando se va escondiendo
y el aire, el cielo queda ardiendo, oliendo
a olor, ardor, amor de rosa hurtada?

¿Y adónde va el que queda, el que aquí abajo,
ciego del resplandor se asoma al tajo
de la sombra transida, enamorada?



La Asunción de María

No se nos pierde, no,
se va y se queda,
coronada de cielos,
tierra añora
y baja en descensión
de Mediadora,
rampa de amor,
dulcísima vereda.

Recados del favor
nos  desenreda
la mensajera,
la reveladora,
la paloma de la paz,
heridla ahora
ya se acabó
el suplicio de la veda.

Hoy, sobre todo,
que es la fiesta en Roma
y se ha visto volar
otra paloma
y posarse
en la nieve de una tiara
la Asunción de María
-vitor, cielos-
coronada ayer
de mis abuelos,
en luz, luz
luz de dogma se declara.

Gerardo Diego

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