martes, 23 de octubre de 2018

El Pilar de la FE


               

                                                 
           
Desde Santiago Apóstol y yo, ha pasado un largo trecho de generaciones y batallas mil, pero veo que Tú, María, siempre estás ahí velando por los hombres así sucedan los siglos, con el mismo amor que diste a Santiago.

Tu columna de jaspe, entregada por los ángeles para el mundo, ahora está bajo tu imagen pequeñita… ¿Sabes María? No nos la dejan ver excepto por un boquetillo ridículo. Más valdría enseñarla en una urna de cristal y venerar tu deseo de pedirnos firmeza en la Fe.  

Santiago no nos describió tu semblante, pero eso no importa ya que en México apareciste con la cara bronceada y, en Zaragoza supongo que blanca como la nieve. Lo importante es que viniste a dejarnos el Pilar de la Fe en esta tierra de herejes. 
   
Con pilar o sin pilar, siempre protectora; con Rosario o sin él, siempre en la oración del Ave María; con Niño o sin Él, siempre Madre de Jesús; con escapulario o sin él, siempre con quien Te invoque. Siempre Tú, por nosotros.

Tienes infinidad de nombres dependiendo del lugar de tu aparición o de lo que llevaras en tus manos y, eso me encanta. En Lourdes y Marpingen (Alemania), Te preguntaron el nombre y dijiste que eras la Inmaculada Concepción -tu contestación debería servir a todos los protestantes…-. 

Sagrado Pilar que hace de España una tierra de esperanza y salvación. Gracias por este maravilloso milagro de conquista ancestral para Dios.

¡Qué suerte tuvo “Cesar Augusta”, qué apóstol de Jesús tan querido!

Emma Díez Lobo


No hay comentarios:

Publicar un comentario