Muy fácil, es una Luz Inmensamente
blanca y resplandeciente que abarca todo lo conocido y desconocido existente en
el universo; de lo más ínfimo a lo más extenso, de lo más simple a lo más
complejo. Es toda inteligencia, sentimiento, dones y virtudes; es la Libertad
consagrada dada a los seres creados para reconocer el Amor y plenitud del alma.
No es un rostro aunque veas su Rostro,
no es una mano aunque veas su Mano, no es una voz aunque Le oigas Hablar. “La
Luz” hace lo que quiere y como quiere, pero no es un ser imaginado, es Todo menos
un cuerpo, piernas, brazos, manos o neuronas…
Dios
hecho Hombre, Jesús, es su Esencia de Amor y Palabra. Ya lo dijo en una ocasión: “A
Dios nadie Le ha visto jamás”… Porque la Omnipotencia no se puede ver excepto
en la Persona de Cristo. Y ni ayer, ni hoy ni después, será visible; pero
piensa con el espíritu y “LO” VERÁS.
Su Rostro es la bondad; sus Cabellos,
la esperanza; sus Brazos, la humildad; sus Manos, la caridad, su Torso, la
justicia; sus Piernas, la oración; sus Pies, la Fe; sus Palabras, la salvación y
su Corazón por quien todo fue hecho, eres tú.
Ya hice el retrato de Dios y lo único
que podemos hacer es asemejarnos a Jesús, su Todo Espíritu. La Imagen perfecta.
Cuando en el Credo decimos: “Subió
a los cielos y está sentado a la derecha del Padre…”. Significa que la
Luz de Dios nunca estará a la izquierda…
Emma
Díez Lobo
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