No podemos
olvidar los cristianos católicos, que procedemos o somos hijos del pueblo de
Israel, en lo que a nuestra fe se refiere. Y así, es bueno conocer muchos de
los ritos, modos y costumbres del pueblo de Israel para amar nuestra fe, pues
no se puede amar lo que no se conoce.
En muchos ritos de los
israelitas, aun hoy en día, vemos a los fieles judíos cubrirse la cabeza con
una especie de gorro que se llama (ϗιπα), que se lee KIPÁ. Es
un ornamento reservado solo a los hombres, que se usa obligatoriamente en las
celebraciones judías de todo tipo incluso en los enterramientos, oraciones,
etc.
Representa “LA MANO DE
YAHVÉH” que protege al que la lleva. En estas celebraciones, incluso en las
visitas a lugares de culto judío, es obligatorio su uso incluso aunque el
visitante no sea de esta religión judía.
En la entrada a la
Biblioteca situada en la muralla de Jerusalén hoy en día, hay un lugar donde
ofrecen esta Kipá a todos los que entran de forma gratuita. Cuando por
desconocimiento de este asunto preguntas a un judío por el sentido de este
ornamento, Él, gustosamente, te lo explica curvando su mano con los dedos
juntos imitando la forma en que Dios Yahveh posa su Mano sobre la cabeza del
fiel.
Es interesante saber
que esta Biblioteca está situada en la parte izquierda de la muralla, y no por
casualidad; se coloca en ese lugar como referencia al lugar del corazón humano
también colocado a la izquierda. Es, por así decir, el lugar del amor, donde se
ha de leer y meditar las Escrituras judías, no sólo desde el intelecto, sino
desde el corazón. Todo una enseñanza para todo fiel.
Si nos remontamos al
libro del Génesis, en el capítulo 3, leemos cómo Moisés recibe las
instrucciones de Dios sobre la misión que le va a encomendar: “…Ya se, - dice
Yahveh -, que el rey de Egipto no os dejará ir, a no ser forzado por una Mano
Poderosa. Pero Yo extenderé mi Mano y heriré Egipto con toda suerte de
prodigios que obraré en medio de ellos, y entonces os dejará salir…” (Gen 3, 19-21)
La Iglesia Católica
toma este ornamento con toda su simbología, y lo coloca sobre los obispos con
el nombre de SOLIDEO, que significa: “solo Dios”
Es hermoso meditar cómo
la Mano de Dios sobre nuestras cabezas, representa la protección divina, sobre
el pueblo de Israel, del que nosotros también somos herederos de su Promesa.
Tomás Cremades
comunidadmariamadreapostoles.com
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