miércoles, 11 de septiembre de 2019

Amemos la Liturgia-16- La mano de Yahveh



 No podemos olvidar los cristianos católicos, que procedemos o somos hijos del pueblo de Israel, en lo que a nuestra fe se refiere. Y así, es bueno conocer muchos de los ritos, modos y costumbres del pueblo de Israel para amar nuestra fe, pues no se puede amar lo que no se conoce.

En muchos ritos de los israelitas, aun hoy en día, vemos a los fieles judíos cubrirse la cabeza con una especie de gorro que se llama (ϗιπα), que se lee KIPÁ. Es un ornamento reservado solo a los hombres, que se usa obligatoriamente en las celebraciones judías de todo tipo incluso en los enterramientos, oraciones, etc.

Representa “LA MANO DE YAHVÉH” que protege al que la lleva. En estas celebraciones, incluso en las visitas a lugares de culto judío, es obligatorio su uso incluso aunque el visitante no sea de esta religión judía.

En la entrada a la Biblioteca situada en la muralla de Jerusalén hoy en día, hay un lugar donde ofrecen esta Kipá a todos los que entran de forma gratuita. Cuando por desconocimiento de este asunto preguntas a un judío por el sentido de este ornamento, Él, gustosamente, te lo explica curvando su mano con los dedos juntos imitando la forma en que Dios Yahveh posa su Mano sobre la cabeza del fiel.

Es interesante saber que esta Biblioteca está situada en la parte izquierda de la muralla, y no por casualidad; se coloca en ese lugar como referencia al lugar del corazón humano también colocado a la izquierda. Es, por así decir, el lugar del amor, donde se ha de leer y meditar las Escrituras judías, no sólo desde el intelecto, sino desde el corazón. Todo una enseñanza para todo fiel.

Si nos remontamos al libro del Génesis, en el capítulo 3, leemos cómo Moisés recibe las instrucciones de Dios sobre la misión que le va a encomendar: “…Ya se, - dice Yahveh -, que el rey de Egipto no os dejará ir, a no ser forzado por una Mano Poderosa. Pero Yo extenderé mi Mano y heriré Egipto con toda suerte de prodigios que obraré en medio de ellos, y entonces os dejará salir…” (Gen 3, 19-21)

La Iglesia Católica toma este ornamento con toda su simbología, y lo coloca sobre los obispos con el nombre de SOLIDEO, que significa: “solo Dios”

Es hermoso meditar cómo la Mano de Dios sobre nuestras cabezas, representa la protección divina, sobre el pueblo de Israel, del que nosotros también somos herederos de su Promesa.

Tomás Cremades
comunidadmariamadreapostoles.com


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