A
ti, Comandante F. Marín Núñez y Águila nº 5 de los cielos
teñidos del color de nuestra bandera, a ti que has servido en el Ejército del
Aire con honor y entrega, descansa en
Paz.
Mientras
medias las fuerzas Gs de aceleración… El mar te reclamaba y Dios te recogía…
Puedo imaginar tu incredulidad pero sabías que el día y la hora en que te
irías, era un misterio y, aquél fue el día del encuentro con el Amor más
sublime.
Sé
que tus últimas palabras fueron ¡Dios mío, Dios mío!!! Él estaba allí en tu
cabina, siempre está, además Le encantan las acrobacias aéreas. ¿Sabes? Él es un
perfecto piloto solo que su “avión” es especial, más veloz que cualquier reactor
de todo el universo.
Ni
a Dios ni a ti, os gustaba andar a ras del suelo sino era para amar, pues vuestra
grandeza no estaba en “pista” sino en el cielo. Hoy por su Gracia, vuelas más
alto de lo que nunca pudiste imaginar.
Ayer,
tus compañeros de la “Patrulla Águila” en siete reactores
C-101,
te rendían homenaje con crespones de humo sobre las aguas que te acogieron. Me emocioné
al verles con esa destreza que os caracteriza. Sois los mejores de San Javier...
Te
llamaban “el Solo” por llevar tu avión al límite… Eras un “Proto”
genial. No te preocupes, la “Patrulla Águila” sigue entrenando contigo
en el corazón para la exhibición “Air Power 2019” en Austria, y tú con
ellos junto a Quien te salvó la Vida, tu mayor admirador, Dios.
Un
honor saber de ti ¡Que seas feliz!
Emma
Diez Lobo
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