Convertíos y creed en
el Evangelio
Santiago y Juan piden a
Jesús que "ya que han dejado todo por seguirle" les conceda el
derecho de sentarse junto a Él en su Reino. Como vemos Jesús no escoge a lo
mejorcito de Israel; de hecho Santiago y Juan aceptan la llamada de Jesús sin
renunciar a su ambición de gloria, la misma que Satanás ofreció a Jesús en la
tercera tentación y que por supuesto rechazó (Mt 4, 8-10).
Además estos dos
apóstoles, al decirles Jesús que sí pueden beber la copa de la Pasión que Él va
a beber, le dicen presuntuosamente que sí, igual que Pedro creyó que podía dar
la vida por Jesús (Jn 13, 36-38). Por eso se encarnó Jesús entre nosotros por
nuestras impotencias morales recubiertas por un poco de buena voluntad. Jesús
se encarnó, nos vio engañadísimos y entendió el plan del Padre: Darnos su
Palabra de Vida, el Evangelio aún a costa de su muerte y eso fue lo que hizo.
Fijémonos que Jesús
resume el cambio de nuestro corazón en unas cuantas palabras: "Convertíos
y creed en el Evangelio". No nos engañemos, solo el Evangelio arranca
delicadamente nuestras veleidades y nos pone, sin miedo ni recelo alguno, cara
a cara con Dios.
P. Antonio Pavía
https://comunidadmariama.blogspot.com/
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