Este domingo tenemos
el Evangelio de las Bienaventuranzas, signo de identidad de los Discípulos de
Jesús.
Nos centramos en la
primera: Bienaventurados los pobres de espíritu, que es la puerta que da paso a
las demás: los mansos, los limpios de corazón, los misericordiosos...etc.
El pobre de espíritu es ante todo un buscador de Dios; quiere vivir ya en
este mundo cerca de Él, por lo que tendrá que escoger entre " sus cosas
"y" las cosas de Dios". Ejemplo de esta elección son los
pastores que escucharon el Anuncio del nacimiento de Jesús: ¡Os ha nacido el
Salvador! Estos hombres eran sociológicamente pobres, aun así, tuvieron que
escoger entre cuidar sus rebaños, incluso con armas, pues se robaban entre
ellos, o ir al encuentro de Jesús confiando en que Dios Padre cuidase sus
ovejas.
Otro ejemplo que
vemos en el Evangelio es el de Zaqueo (Lc 19,1...) Zaqueo es rico y respetado
socialmente, pero es consciente de que le falta algo. Un día Jesús entra en
Jericó. Sale a la calle para encontrarse con El y ve que está abarrotada de
gente. Es bajito de estatura, pero como no quiere perder la ocasión decide
subirse a un árbol como un chiquillo más. Por ver a Jesús expuso su honra y su
dignidad a la burla de toda la ciudad. Jesús le vio, le amó y le dijo: Zaqueo,
quiero comer contigo. Pastores y Zaqueo … el mismo sello de los pobres de
espíritu.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario