La Luz de lo alto nos visitó en la Encarnación del Hijo de Dios como fue anunciado por Zacarías, padre de Juan B. (Lc 1,78). Luz que visitó a unos pastores de Belén y que precedió al Gran Anuncio: ¡Os ha nacido el Salvador! Ellos fueron al encuentro de Jesús y al verle fueron alcanzados por la "Alegría de la Presencia de Dios" profetizada por, Isaías (Is 9,1-2).
He aquí por qué los discípulos de Jesús anunciamos su Evangelio en el mundo entero, a tiempo y a destiempo (2 Tm. 4,2) Porque esta "Alegría ante la Presencia de Dios", no está al alcance del hombre con todos sus avances médicos, científicos, tecnológicos... etc... es Creada por Dios con su Palabra.
Mateo se sirve de esta antesala para relatarnos la elección que hace Jesús de sus primeros discípulos: Pedro, Andrés, Juan y Santiago. Los elige para que a su tiempo lleven por medio de la predicación del Evangelio la "Alegría de su Presencia" a los que viven en "tinieblas y sombras de muerte" (Lc 1,79).
Los envía a todo el mundo empezando por Israel dado que da culto a Dios con sus labios, pero no con el corazón: (Mt 15,8-9) Por eso está también en tinieblas.
P. Antonio Pavía
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