!Protégeme Dios mío que me refugio en ti! (Sl 16, 1...) y este israelita puede suplicar así a Dios porque su corazón está con El y por eso le dice: ¡Tú eres mi bien! La fidelidad de este hombre orante nace de su Sabiduría.; conoce muchos hombres que rezan y dan culto a dioses que no son más que ellos, porque fueron inventados por los hombres. Nuestro amigo siente en sus entrañas deseos y amores que superan lo visible y tangible de este mundo; por eso se remite al Dios Vivo que encuentra en las Escrituras. Es impactante esto que le dice: Los dioses y señores de la tierra no me satisfacen.
(Continuamos este miércoles)
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